miércoles, 26 de marzo de 2008

EL CAMPO VERSUS EL FRECHAFLO


Discusión interna: La adhesión o no al paro agropecuario generó disyuntivas internas en el seno de la Comandancia General del Frechaflo. A saber:

C.G.: El paro se esta armando grosso.
H.C.: Somos bananeros K. Nos vamos al corte.
C.G.: No. Fijate a quién estás apoyando. Se divide el Frente.
H.C.: Escindir nunca. Vamos a testear pero sin cacerolas.
C.G.: Mi pensamiento está dividido. Es comprensible pero tienen doble discurso. No puedo creer lo que está pasando.
H.C.: El Comandante plantea una división en el Frente si voy al corte de ruta.
F.G.: Yo lo apoyo.
H.C.: Depongo actitud, entonces.
F.G: Hacés bien
H.C.: Lástima que hay fogón.
F.G: “Interesante para explicarse por qué el campo jamás invierte en su propia cadena de valor. También para pensar por qué mierda el gobierno tampoco tiene una política de no ya de distribución, al menos de autonomización de la producción.”

Votación final: Dos por la negativa. Una abstención.

jueves, 6 de marzo de 2008

HOMENAJE


Humilde, al género, en su día/no día del 8 de marzo, a través de una letra de Andrés...

El día de la mujer mundial

¿Quién escribirá la historia
de lo que pudo haber sido?
yo que soñaba despierto
ya no sueño dormido
¿con quién estarás ahora?
quién te va a dar de comer
en el día mundial de la mujer.
Voy a seguir hasta encontrar
una parrilla en Dolores,
no miraste bien
en mis espejos retrovisores
ahora que pusiste el freno
espero que encuentres algo bueno
que morder, que morder
Eduardo subí la radio,
yo enciendo un petardo
¿cuánto falta para llegar
a cualquier lugar?
ojalá te sientas
solamente un poco mal
en el día de la mujer mundial.
¿Quién está preparado
para ser un chico abandonado?
¿quién tiene el blanco del camino
en el ojo marcado?
Edu, ¿falta mucho
para parar y comer?
es el día mundial de la mujer.
No entendí si ibas a ser
libre o esclava
no entendí si fui tu dueño
o un borracho que pasaba,
soy grande pero tengo
algo que aprender
es el día mundial de la mujer.
Elegí pena u olvido
o sudor compartido
ojalá no me arrepienta
de haberme conocido
lo importante es que nunca
pude hacerte sentir mal...
¡Feliz día de la mujer mundial!

martes, 4 de marzo de 2008

La habitacion abierta

(Este es el cuentito que me publicaron en Perfil Cultural)

Voy por la segunda cuadra cuando me cruzo con dos chicos que sé que son del barrio. A uno no lo conozco; el otro es el más chico de la Bety, la mina que cose para tía Elvira. Están jugando. El hijo de Bety es medio turulo; no tiene todos los jugadores. Va corriendo delante del otro, que lleva una rama finita en la mano como si fuera un cuchillo, y le grita “¡soy Pedro, si te hacés el loco te mato y te entierro abajo de la cama!”. Los muy pendejos.

A pesar de todo, prefiero bancarme eso y mucho más pero caminar las cuadras de tierra desde el bondi hasta casa. Es como que te despegás de todo. Colgarme un rato ahí, donde termina el 61, comer un sanguchito y tomar unos vinos con los colectiveros. A veces alguno invita.

Lo bueno es que no llovió, así no hay barro. No tengo ganas de bañarme. Hace días que no tengo una noche como la gente. Lo único que quiero es dormir. Laburar, ni medio. Con ser laburador no ganas nada. Podés ser un laburador y un forro al mismo tiempo. Para forro basta con Beto. Me voy hasta la otra punta, me tomo un bondi, dos horas y media, me como el garrón de tener que ver a cincuenta giles vestidos de boluditos, todos así de iguales y prolijos, con ese corte azul de milico a lo piojoso reventado, para que el forro de Beto me diga que me equivoqué, que para qué mierda boquié, que porqué no me callé la boca.

- Por que es “preciso” – esa fue la palabra que le dije antes de irme, aguantándomelas bien aguantadas, con los ojos que se me salían de la cara –. Porque es como si lo estuviera viendo ahora, todavía. El boludo fui yo, que me fui hasta allá. Tendría que haberlo hecho por la mía y chau. A otra cosa. Él, que se quede con su novia en Caraza. Yo me vuelvo a mi casa.

Lo saludo al Boby, pobrecito, atado ahí en la puerta hace no sé cuánto. Antes era más manso, el Boby, pero de un día para el otro, como si lo hubiera sabido, se puso como loco, ladrador, histérico. Pobre bicho, en cuanto pase esto lo suelto y que haga lo que quiera.

Cruzo el tejido y me quedo viendo el cielo. Franjas de colores que son como rayos estacionados en el cielo. Qué bueno que no llueva. Me gusta colgarme con la construcción de arriba, aunque más me gustaría que estuviera terminada y no por la mitad, sin techo. Todo muy inconcluso. Tendría que sacar los escombros, limpiar un poco el patio y tirar al carajo el esqueleto del Renault, que para lo único que sirve es para que se te meta en la cabeza el número de la patente: C-285616... que me la sé de memoria de tanto verla.

Justo que estoy por entrar aparece García. Es el viejo más hincha pelotas que haya conocido en mi vida.

- No se preocupe – me dice. No tengo ni la más puta idea de lo que me habla. O sí, por eso. En realidad, lo que diga García me importa un bledo. - ¿Está bebido usté? - me pregunta. Idiota. Ni yerba fumé. Menos pompa, García. Andá a cobrar la jubilación y dejáte de romper las pelotas.

Entro a casa. No sé bien qué hacer. Seguro que el viejo se rajó. No puede ser que justo ahora no esté. No sé quién sabía para avisarle a tiempo, pero es obvio. Hay cosas desparramadas en la cocina, tiradas por el piso.

Voy hasta la pieza. Sé que voy a tener que vérmela con la tierra levantada, la pala al lado de la cama, el olor, todo eso. Ya sé, no tengo que hacerme mala sangre. Es como un recuerdo quieto, que se queda. Como los huesos.

Estoy en eso cuando se empiezan a escuchar las sirenas. “¡Es por acá, por acá, rápido!”, oigo que grita uno. ¿Les parece que son SWAT o qué? Encima, vienen al pedo, porque no está. Me acerco y miro por la ventana. Uno se resbala en la cuneta y cae de culo en el barro. Un gordo grandote lo ayuda a levantarse. Tengo ganas de cagarme de risa, pero no me sale.

Dejo de mirar por la ventana. Vuelvo y abro el armario La ropa no está. Se la llevó él, seguro.