jueves, 7 de agosto de 2008

Entrevista a Leonardo Oyola

¿Cómo podrías resumir "Santería"? ¿Es cierto que es la primera parte de una saga de cuatro novelas cortas? ¿Cómo es laburar con Juan en Negro Absoluto?

En efecto la saga de la Víbora Blanca van a ser cuatro libros que va a editar Negro Absoluto, del que ya se encuentra publicado el primero, Santería. Sí, son novelas cortas de no más de doscientas páginas y la idea es aportarle al policial negro el argot de la calle, el de los pibes, además del misticismo de nuestros santos criollos. Mi ambición es terminar creando una especie de otro far west, apostando cada vez más a los duelos finales en sus desenlaces. Y laburar con Sasturain es un privilegio. Se aprende mucho de él. Y lo mejor son esas ganas y esa fuerza tan contagiosa que te trasmite Juan para jugarte en lo que sea que estás craneando. Le metemos mucho laburo, sí. Pero también la pasamos muy bien, nos divertimos bastante.

Vos siempre trabajás con la marginalidad, la violencia…

La violencia, como la maldad, es algo que todos tenemos latente. Lamentablemente es moneda corriente en la marginalidad. O por lo menos más visible. Yo, en mis textos, coqueteo constantemente con otros géneros. Me gusta mucho lo fantástico y el humor. Pero en lo que no transo es en mis temores: los fantasmas y monstruos no me asustan. Un tipo con un arma cargada, sí.

¿Qué sensación te dio ganar el Premio Hammett en la Semana Negra?

Todavía sigo en curda de tantas emociones. El Hammett básicamente es un aliento enorme a seguir laburando en lo mío, a bancar pase lo que pase esta apuesta. Una vez dijeron que más que escribir policiales yo hago westerns -locro western-. Esa me cabe mucho, ¿sabés? Por eso el reconocimiento que me dieron en la Semana Negra de Gijón -donde se abandera el mestizaje del género- me obliga a morir con las botas puestas.

“Siete y el Tigre Harapiento” recibió muy buenas críticas desde todos lados. Incluso fue catalogada de “soberbia”. Desde tu humilde parecer, ¿por qué crees que fue así?

Me gusta mucho pensar o considerarme antes que escritor, narrador. "Siete..." tiene todo la fuerza y a la vez ingenuidad de una primera novela. Se le nota. Pero el ancho de espada creo que fue haber respetado el género para contar lisa y llanamente una historia. Entretener, sí. Y de paso ver si podía robar también algunas emociones. Parece que salió. Primero a mí me tiene que generar algo lo que escribo. Después algunos lectores lo sentirán o no. De ahí que yo crea e impulse al género, el contar historias. Que no todo se agote en lo autobiográfico. Volver si querés a lo lúdico, al juego sin que esto signifique una mala palabra. Estoy orgulloso de escribir policiales y me hincha bastante las pelotas que se lo considere como literatura menor.

¿A que atribuís que la mayor parte de la nueva generación narrativa argentina caiga en el blog?

El tema creo que pasa por la ansiedad y por la inmediatez de respuestas que genera el postear. Cuando uno escribe existe una urgencia a saciar que es la necesidad de saber que opinan los demás de nuestros textos, eso no se puede negar. Me parece un error subir a blogs el work in progress de lo que uno está laburando. Que para difundir el trabajo de uno hay otros medios más acordes. En un espacio como el blog no hay una verdad sobre lo que escribimos y sobre el rumbo de nuestras escrituras. El blog en ese aspecto, para mi, es solo un placebo. Es algo que resta. Somos narradores, no bloggers. Hay una diferencia. Tengo un blog para difundir básicamente lo que hago y ciclos y libros que me interesan de otros colegas. No admito comentarios. No posteo en el sentido clásico que le dan los bloggers locales. De hecho, si tuviera la plata, la tecnología y el conocimiento para subir una página web, creo que estaría más conforme con un dominio punto com.

¿Qué podrías decir de "Hacé que la noche venga", de próxima publicación?

"Hacé que la noche venga" sale en septiembre. Cuento la historia de cuatro tipos que en el invierno del 39, bajan a la estación de Canning en el subte D para buscar y enfrentarse con lo que está matando obreros y cirujas durante las madrugadas. Unos dicen que es el mismísimo demonio. Otros que se trata de un mensaje mafioso. Es mi homenaje a la Kiss Army y a Clint Eastwood.

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