sábado, 30 de enero de 2010

Lecturas de verano



El monstruo del arroyo, de Mario Méndez: una bella aventura en un pequeño pueblo del interior, con políticos corruptos y una historia -terrible y maravillosa- que se revelará al final, más allá de la develación misma del misterio.

El lector, de Bernard Schlink: el amor, la guerra, el nazismo, la vida... todas esas palabras, sencillas y potentes a la vez, en una novela que no puede dejar de leerse. Empezá y probá a dejarla para mañana...

El Viejo Gesell, de Guillermo Saccomanno: la playa gesellina es muy linda, pero detrás del pueblo hay un historia humana genial. Y Saccomanno la cuenta a modo de crónica. Atrapante.

Invisible, de Paul Auster: el neoyorquino vuelve a sus mejores momentos, con una historia que va de las relaciones interpersonales a la política social, y de los tapujos sexuales a la multiplicidad de voces. Vale la pena volver a Auster.
El evangelio según Van Hutten, de Abelardo Castillo: un clásico del clásico Castillo. Una novela sobre la teología y la religión cristiana. Nunca preguntes de que se trata: just read it!


domingo, 10 de enero de 2010

El último Wallander

Una reseña sobre "El hombre inquieto", de Henning Mankell (la última aventura de Kurt Wallander, el inspector de Ystad) para La Gaceta: