miércoles, 7 de enero de 2009

Y el zorro vuelve al corral…

(Otro texto de mi amigo el dotor...)

Más de una vez puse trampas, perros, y cerré herméticamente el bendito corral, pero el astuto cánido volvía y se llevaba alguna gallina; cómo hacía, no sé, pero el maldito lograba su cometido y me amargaba, me angustiaba y hasta me hacía decidir no tener más gallinas, con la muy probable consecuencia de no poder comer más huevos ni pollo asado. ¿Qué hacer? ¿Compartir con él mi pequeño pero esmerado gallinero? ¿Alarmas de última generación con armas láser sensibles al calor corporal rodeando mi cerco? ¿Guardia permanente con escopeta al hombro, o ser más astuto que él?

El zorro tiene sus debilidades, y si es viejo es más zorro pero tiene más historia. Todos, aún los zorros, no soportan un buen escrutinio de su propia historia y de sus mañas, de sus debilidades. El accionar del zorro es sesudo, no da un paso sin previo análisis de la situación, pero como todo animal, comete errores, un día calcula mal el cruce de un camino y crash! Perece bajo las ruedas de un camión. Otro día provoca más ruido que el habitual en el corral y es sorprendido por el dueño o por los perros y…

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