jueves, 20 de agosto de 2009

Recursos de provincia (1)

Suele suceder, sabemos, que una larga cadena de errores se constituye como una de las mejores formas de construir literatura. Ejemplos no huelgan al respecto. En este caso, dos errores (uno editorial, el otro de cita) y alguno más, concurren para recrearse en esta historia.

El primero de ellos tiene que ver con “Prólogos con un prólogo de prólogos”, de Jorge Luis Borges, en la versión de Alianza Editorial (España, 1998). Allí, en el índice, en vez de “Recuerdos de provincia” se lee “Recursos de provincia” (indicando la página 197, y aludiendo al prólogo y notas de Borges para la edición de dicho libro de Sarmiento de Emecé Editores de 1944, incluida en la colección El Nacional).

La segunda errata refiere más al sentido que a la tipografía. Tiene que ver también con D. F. Sarmiento y vale -para esto- citar “Respiración artificial” de Ricardo Piglia.

“La primera página del Facundo: texto fundador de la literatura argentina”, dice Renzi, hay ahí “una frase en francés: así empieza”. Esa cita, Sarmiento se la atribuye a Fourtol; ante lo cual Groussac, sigue Piglia (Renzi) “hace notar que Sarmiento se equivoca. La frase no es de Fourtol, es de Volney”. Por lo que, concluye Piglia (Renzi) “la literatura argentina se inicia con una frase escrita en francés, que es una cita falsa, equivocada. Sarmiento cita mal”.

La edición del “Facundo” del Centro Editor de América Latina (Buenos Aires, 1967) abre, en página par y luego de la “Advertencia del autor” de 1845 (año de la primera publicación), con dicha cita: “On ne tue point les idées”: Fortoul. Y debajo, interlineado de por medio: “A los hombres se degüella; a las ideas, no”: Fortoul.

Como sabemos, la traducción más popular es: “Las ideas no se matan”. Algo que así se lee “en la escuela”, según Renzi.

El hecho es que, esta larga sucesión de nombre y citas, confluye en una tercera diferencia: mientras que en la edición del “Facundo” se da como autor de esa línea a Fortoul (ministro de educación de Napoleón III entre 1851 y 1856), en “Respiración artificial” (Anagrama, 2005) es Fourtol: muda la letra “u” de anteúltima (sexta) a predecesora de la “r” (cuarta).

Sea, quizás, esto último, por parte de Piglia, una fabulosa invención: la continuidad -esta vez a través de la ironía, la parodia- de esa extensa serie de frases apócrifas y préstamos equivocados. Por lo cual, la acumulación de errores (involuntarios o no) se vuelven ahora innumerables.

Piglia continúa, así, ese profuso encadenamiento de inexistencias, supuesto o fingimientos, siendo el tercer eslabón que comenzara con Sarmiento (inconsciente) y continuara con Borges (deliberado).

Dice Renzi: “Ahí está la primera de las líneas que constituyen la ficción de Borges: textos que son cadenas de citas fraguadas, apócrifas, falsas, desviadas”; la “paródica de una cultura de segunda mano”. Borges “clausura por medio de la parodia la línea de la erudición cosmopolita y fraudulenta” del Siglo XIX.

Noé Jitrik, por su parte (en “Autobiografías, memorias, diarios insomnes y oníricos. Sobre la crítica”. Buenos Aires, 31 de agosto de 1994) relata que fue Tomás Eloy Martínez quien le dijo que era él, en verdad, quien había señalado que Sarmiento citaba mal. La prueba, según él, estaba en una edición del “Facundo” prologada por el mismo Jitrik (Biblioteca Ayacucho, Caracas, 1976), en una nota de pie de página donde se consigna cómo primero Paul Groussac y luego Paul Vordevoye (lingüista, fílólogo, historiador de la cultura, hispanista, investigador de literatura latinoamericana, fundador del Centro de Estudios de las Literaturas y Civilizaciones del Río de la Plata, quien a su vez le atribuye la frase no a Volney sino a Diderot) “detectaron la verdadera pertenencia de la frase en cuestión”.

Aunque, aclara Jitrik, “la nota no la redacté yo, ni hice tampoco la investigación, sino Susana Zanetti y Nora Dottori, auténticas propietarias de la revelación, lo que indica dos cosas, mi desmemoria y la inteligencia de Piglia, que supo ‘interpretar’ lo que podía ser una mera acotación filológica”.

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