martes, 21 de septiembre de 2010

Gracias a Papá Raymond

Si nunca hubiese leído al Gran Chandler, jamás hubiese podido escribir este párrafo:

"Era una sala pequeña, mal amueblada. La luz entraba en cuentagotas por una ventana entornada y el aire olía pesado, sucio. Un mástil y una desteñida bandera argentina se perdían en un rincón. En la pared del fondo, un recién estrenado marco de cuadro encerraba una foto de Raúl Alfonsín. A un costado había un perchero y un armario de metal gris oscuro, cubierto de tierra."

No hay comentarios: