Un programa floydiano a Pura suites...
viernes, 28 de mayo de 2010
martes, 18 de mayo de 2010
Segundo programa de Margaritas a los chanchos
Este jueves 20 de mayo, llega el segundo Margaritas a los chanchos del año al aire de la Pura.
En esta ocasión, tendremos una entrevista con la escritora Laura Ávila, joven autora de “La rosa del río”, entre otras obras.
Contaremos la historia de “El libro, el músico y el asesino”, o cómo se relaciona J. D. Salinger con Mark Chapman y John Lennon.
En la música, Belle & Sebastian, Charly García, Peligrosos Gorriones, Sumo y Molotov.
Y en el rescate emocional, un recuerdo del fallecido escritor saltense Fernando Cucagna.
Jueves 20 de mayo. 22 horas. Margaritas a los chanchos. Por la Pura.
94.9
www.radiopura.com
margaritasaloschanchos@radiopura.com
Auspiciado por:
Distribuidora del Sur
Music Room
El Alhajero. Joyas de autor
Nahara. Almacén gourmet
En esta ocasión, tendremos una entrevista con la escritora Laura Ávila, joven autora de “La rosa del río”, entre otras obras.
Contaremos la historia de “El libro, el músico y el asesino”, o cómo se relaciona J. D. Salinger con Mark Chapman y John Lennon.
En la música, Belle & Sebastian, Charly García, Peligrosos Gorriones, Sumo y Molotov.
Y en el rescate emocional, un recuerdo del fallecido escritor saltense Fernando Cucagna.
Jueves 20 de mayo. 22 horas. Margaritas a los chanchos. Por la Pura.
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Distribuidora del Sur
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El Alhajero. Joyas de autor
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lunes, 17 de mayo de 2010
Acerca de “El aprendiz”, de Mario Méndez
-¿Cómo fue pensar “El aprendiz”, desde la escritura, basado en el 25 de mayo de 1810?
Fue un desafío, porque yo nunca había encarado una novela a partir de un pedido (escribir algo relacionado con 1810, en este caso) y porque no quería caer en hacer un relato teñido de didactismo histórico. No quería que el contexto tapara al argumento. Así que corregí mucho, hasta hacer prácticamente dos versiones, pues la primera era demasiada Historia, demasiada divulgación, que tapaba la historia de Nino, su aprendizaje y su amor. Aprendí bastante, con esta construcción, y no sólo de Historia.
-¿Qué importancia te parece que tiene el 25 de mayo de 1810 en los vaivenes de nuestra historia como patria?
Sin duda creo que tiene una importancia capital: es el hecho fundacional de nuestra historia. Pudo ser mejor, pudo concretarse en una revolución mucho más radical, pero aún con los defectos que tuvo, incluso como fundación o establecimiento de algunas de las penas más grandes de nuestra historia, como la separación de Buenos Aires y el interior, las luchas intestinas, los intereses sectarios imponiéndose sobre los generales, aún así, fue importantísima. Es el mojón de nuestra historia, el antes y el después. Y tuvo influencia en toda América, no es poca cosa, todo lo contrario. Además lanzó a la escena a algunos de los hombres más grandes, más desinteresados y altruistas que tuvimos, como Moreno, Castelli o Belgrano.
- Para Mario editor: ¿cómo es pensar un libro con esa temática desde el rol de editor? (en relación a la edición de “El Furo”).
Es parecido a lo que me pasa como escritor. En Amauta le encargamos a Emilio Saad, novelista que se ha destacado en la narrativa histórica y del que sabíamos de su conocimiento de la Historia, que hiciera una novela en el contexto de 1810. Y Emilio se despachó con una historia enmarcada en la revolución de Mayo pero que además contaba un hecho fantástico, y una historia de amor. Sobrepasó nuestras expectativas, y nos quitó en gran parte una duda: si el libro seguiría vigente después de los festejos del Bicentenario. Estamos seguros de que sí.
-Explicame en unas pocas líneas el tema de las adopciones de libros en escuelas. Y qué plus le pone a esto el Bicentenario.
La Literatura infantil y juvenil se vende mayoritariamente en las escuelas, luego de que los maestros y profesores "adoptan" un determinado libro, es decir, piden a su grado o curso que cada uno de los alumnos compre el título elegido, para ser leído y en general trabajado en clase. (Digo en general trabajado, porque algunos docentes prefieren elegirlo solo por la lectura: se habla de los libros, se comparte la lectura pero no se trabaja en el sentido clásico). Estas adopciones son alentadas por las editoriales con el trabajo de promoción, con el ofrecimiento de guías didácticas, narraciones, visitas de autor. En síntesis, las editoriales saben que la escuela es su gran aliada para la difusión de sus libros: por librería, por impulso, las compras son muchísimo menores, no sostendrían las ediciones. En cuanto al Bicentenario, que es tema de todo el país, sin duda tiene peso en la educación, y la mayoría de las editoriales han salido a dar una respuesta, ofreciendo título s que desde lo literario tocan el tema de la revolución. Seguramente se venderán muchos, la duda es que pasará luego. Como dije en la respuesta anterior, las novelas, obras de teatro y cuentos que excedan la mera efemérides son las que sobrevivirán.
Fue un desafío, porque yo nunca había encarado una novela a partir de un pedido (escribir algo relacionado con 1810, en este caso) y porque no quería caer en hacer un relato teñido de didactismo histórico. No quería que el contexto tapara al argumento. Así que corregí mucho, hasta hacer prácticamente dos versiones, pues la primera era demasiada Historia, demasiada divulgación, que tapaba la historia de Nino, su aprendizaje y su amor. Aprendí bastante, con esta construcción, y no sólo de Historia.
-¿Qué importancia te parece que tiene el 25 de mayo de 1810 en los vaivenes de nuestra historia como patria?
Sin duda creo que tiene una importancia capital: es el hecho fundacional de nuestra historia. Pudo ser mejor, pudo concretarse en una revolución mucho más radical, pero aún con los defectos que tuvo, incluso como fundación o establecimiento de algunas de las penas más grandes de nuestra historia, como la separación de Buenos Aires y el interior, las luchas intestinas, los intereses sectarios imponiéndose sobre los generales, aún así, fue importantísima. Es el mojón de nuestra historia, el antes y el después. Y tuvo influencia en toda América, no es poca cosa, todo lo contrario. Además lanzó a la escena a algunos de los hombres más grandes, más desinteresados y altruistas que tuvimos, como Moreno, Castelli o Belgrano.
- Para Mario editor: ¿cómo es pensar un libro con esa temática desde el rol de editor? (en relación a la edición de “El Furo”).
Es parecido a lo que me pasa como escritor. En Amauta le encargamos a Emilio Saad, novelista que se ha destacado en la narrativa histórica y del que sabíamos de su conocimiento de la Historia, que hiciera una novela en el contexto de 1810. Y Emilio se despachó con una historia enmarcada en la revolución de Mayo pero que además contaba un hecho fantástico, y una historia de amor. Sobrepasó nuestras expectativas, y nos quitó en gran parte una duda: si el libro seguiría vigente después de los festejos del Bicentenario. Estamos seguros de que sí.
-Explicame en unas pocas líneas el tema de las adopciones de libros en escuelas. Y qué plus le pone a esto el Bicentenario.
La Literatura infantil y juvenil se vende mayoritariamente en las escuelas, luego de que los maestros y profesores "adoptan" un determinado libro, es decir, piden a su grado o curso que cada uno de los alumnos compre el título elegido, para ser leído y en general trabajado en clase. (Digo en general trabajado, porque algunos docentes prefieren elegirlo solo por la lectura: se habla de los libros, se comparte la lectura pero no se trabaja en el sentido clásico). Estas adopciones son alentadas por las editoriales con el trabajo de promoción, con el ofrecimiento de guías didácticas, narraciones, visitas de autor. En síntesis, las editoriales saben que la escuela es su gran aliada para la difusión de sus libros: por librería, por impulso, las compras son muchísimo menores, no sostendrían las ediciones. En cuanto al Bicentenario, que es tema de todo el país, sin duda tiene peso en la educación, y la mayoría de las editoriales han salido a dar una respuesta, ofreciendo título s que desde lo literario tocan el tema de la revolución. Seguramente se venderán muchos, la duda es que pasará luego. Como dije en la respuesta anterior, las novelas, obras de teatro y cuentos que excedan la mera efemérides son las que sobrevivirán.
Acerca de “La Rosa del Río”, por Laura Ávila
¿Podrías resumirme en pocas líneas el argumento del libro?
“La Rosa de Río” trata de un chico que se llama Anselmo, que se queda solo y tiene que salir a buscar un remedio para su hermano en medio de las invasiones inglesas, de ese lío que hay en las calles. Se encuentra con Juana, una lechera que perdió su vaca, y juntos comienzan un viaje que los lleva a conocer a las personas que asumen la reconquista de la ciudad. Es una historia acerca de crecer y de darse cuenta que uno vive adentro de un país con cosas propias de ese lugar.
¿Cómo fue pensar para vos desde la escritura un libro basado en el 25 de mayo de 1810?
Bueno, no es exactamente un libro que suceda durante la revolución, pero es valioso porque explica algunas de las causas de esa revolución. La gente quería un cambio y eso está contado en la novela a través de una mirada desde la infancia. A mí me interesaba acercarme a ese momento particular, en donde se gestó nuestra identidad, a través de una mirada curiosa y descubridora, porque así son las miradas de los chicos. Por eso lo trabajé así.
¿Qué importancia te parece que tiene el 25 de mayo de 1810 en los vaivenes de nuestra historia como patria?
El veinticinco de mayo fue una revolución de las ideas y de la forma de mirar a la gente. Sus principales conductores: Mariano Moreno, Juan José Castelli y Manuel Belgrano, confiaban en las personas que los habían puesto en la junta, en sus representados. Querían armar un país con gente de todos los colores. Su intento merece ser recordado y también imitado, porque yo creo que esa revolución todavía está por hacerse.
“La Rosa de Río” trata de un chico que se llama Anselmo, que se queda solo y tiene que salir a buscar un remedio para su hermano en medio de las invasiones inglesas, de ese lío que hay en las calles. Se encuentra con Juana, una lechera que perdió su vaca, y juntos comienzan un viaje que los lleva a conocer a las personas que asumen la reconquista de la ciudad. Es una historia acerca de crecer y de darse cuenta que uno vive adentro de un país con cosas propias de ese lugar.
¿Cómo fue pensar para vos desde la escritura un libro basado en el 25 de mayo de 1810?
Bueno, no es exactamente un libro que suceda durante la revolución, pero es valioso porque explica algunas de las causas de esa revolución. La gente quería un cambio y eso está contado en la novela a través de una mirada desde la infancia. A mí me interesaba acercarme a ese momento particular, en donde se gestó nuestra identidad, a través de una mirada curiosa y descubridora, porque así son las miradas de los chicos. Por eso lo trabajé así.
¿Qué importancia te parece que tiene el 25 de mayo de 1810 en los vaivenes de nuestra historia como patria?
El veinticinco de mayo fue una revolución de las ideas y de la forma de mirar a la gente. Sus principales conductores: Mariano Moreno, Juan José Castelli y Manuel Belgrano, confiaban en las personas que los habían puesto en la junta, en sus representados. Querían armar un país con gente de todos los colores. Su intento merece ser recordado y también imitado, porque yo creo que esa revolución todavía está por hacerse.
Acerca de sus tres últimos libros, por Adela Basch.
-Usted suele trabajar mucho con la historia para los más chiquitos. Belgrano, San Martín... ¿Cómo es bajar temas a veces tan complicados, como es la historia argentina, para chicos de tan poca edad?
Desde mi punto de vista, muchas veces los temas relacionados con la historia nos resultan muy complicados. Pero creo es así sobre todo por las cantidad de ideas hechas de antemano que tenemos sobre ellos. Cuando se busca lo que estos temas tienen de esencial, de medular, de central (mejor dejo de buscar sinónimos) y, de acuerdo con los criterios que cada uno tiene, se encuentra lo que late en el corazón de cada tema, toda complicación pareciera disolverse. En el fondo, lo fundamental es sencillo.
Tomemos, por ejemplo, a Belgrano y San Martín. Se destacan en ellos, siempre desde mi manera de ver, algunos rasgos sobresalientes: el amor a la libertad; el actuar pensando en el beneficio de su pueblo y no de sí mismos o de su bolsillo; el desinterés por adquirir poder, riquezas o prestigio; la capacidad de entrega total a un ideal y la osadía de desafiar lo establecido.
Contrariamente a lo que muchas personas creen, los chicos no son tontos. Pueden captar estas ideas y relacionarlas con su vida y con el mundo.
Por otra parte, es necesario mencionar la cuestión del lenguaje. Creo que para acercar a los chicos a cualquier tema, por complicado o solemne que parezca, es conveniente usar un lenguaje coloquial, familiar, divertido y, si es posible, que tenga magia.
-¿Cómo fue pensar estos tres libros para Alfaguara, teniendo en cuenta que la historia parece tomar otra relevancia en el Bicentenario?
Pensar los tres libros que escribí para Alfaguara significó para mí, por un lado, ver qué aspectos del pasado se mantienen actuales en este momento y, por el otro, cómo se percibe lo que sucedió hace doscientos años desde la perspectiva del hoy.
También fue una búsqueda que apuntó a desolemnizar o desacartonar sucesos y figuras históricas que suelen presentarse de una manera muy rígida, muy estructurada y plagada de lugares comunes. Y creo yo que esta manera tan remanida de presentar la historia opaca el significado que pueden haber tenido los hechos y el extraordinario valor de sus protagonistas. Es decir, en el fondo, nos da una visión de la historia que nos estafa.
Y al mismo tiempo, escribir estos libros para Alfaguara fue un ejercicio de ampliar mi propia manera de ver para poder presentar el mismo tema en tres diferentes obras de teatro dirigidas cada uno a chicos de distintas edades.
-¿Abran Cancha editó algo respecto al Bicentenario?
Abran Cancha no editó nada respecto del Bicentenario. Para resumir las razones podría decirte esta frase: “No se puede estar en dos lugares al mismo tiempo”. Si me comprometo a escribir sobre un tema para una editorial determinada, lo hago solo para esa editorial. Por un lado, porque mi capacidad no es tan grande como para escribir muchos libros sobre la misma temática sin empezar a repetirme. Y por el otro, creo que es una cuestión de ética.
Desde mi punto de vista, muchas veces los temas relacionados con la historia nos resultan muy complicados. Pero creo es así sobre todo por las cantidad de ideas hechas de antemano que tenemos sobre ellos. Cuando se busca lo que estos temas tienen de esencial, de medular, de central (mejor dejo de buscar sinónimos) y, de acuerdo con los criterios que cada uno tiene, se encuentra lo que late en el corazón de cada tema, toda complicación pareciera disolverse. En el fondo, lo fundamental es sencillo.
Tomemos, por ejemplo, a Belgrano y San Martín. Se destacan en ellos, siempre desde mi manera de ver, algunos rasgos sobresalientes: el amor a la libertad; el actuar pensando en el beneficio de su pueblo y no de sí mismos o de su bolsillo; el desinterés por adquirir poder, riquezas o prestigio; la capacidad de entrega total a un ideal y la osadía de desafiar lo establecido.
Contrariamente a lo que muchas personas creen, los chicos no son tontos. Pueden captar estas ideas y relacionarlas con su vida y con el mundo.
Por otra parte, es necesario mencionar la cuestión del lenguaje. Creo que para acercar a los chicos a cualquier tema, por complicado o solemne que parezca, es conveniente usar un lenguaje coloquial, familiar, divertido y, si es posible, que tenga magia.
-¿Cómo fue pensar estos tres libros para Alfaguara, teniendo en cuenta que la historia parece tomar otra relevancia en el Bicentenario?
Pensar los tres libros que escribí para Alfaguara significó para mí, por un lado, ver qué aspectos del pasado se mantienen actuales en este momento y, por el otro, cómo se percibe lo que sucedió hace doscientos años desde la perspectiva del hoy.
También fue una búsqueda que apuntó a desolemnizar o desacartonar sucesos y figuras históricas que suelen presentarse de una manera muy rígida, muy estructurada y plagada de lugares comunes. Y creo yo que esta manera tan remanida de presentar la historia opaca el significado que pueden haber tenido los hechos y el extraordinario valor de sus protagonistas. Es decir, en el fondo, nos da una visión de la historia que nos estafa.
Y al mismo tiempo, escribir estos libros para Alfaguara fue un ejercicio de ampliar mi propia manera de ver para poder presentar el mismo tema en tres diferentes obras de teatro dirigidas cada uno a chicos de distintas edades.
-¿Abran Cancha editó algo respecto al Bicentenario?
Abran Cancha no editó nada respecto del Bicentenario. Para resumir las razones podría decirte esta frase: “No se puede estar en dos lugares al mismo tiempo”. Si me comprometo a escribir sobre un tema para una editorial determinada, lo hago solo para esa editorial. Por un lado, porque mi capacidad no es tan grande como para escribir muchos libros sobre la misma temática sin empezar a repetirme. Y por el otro, creo que es una cuestión de ética.
Acerca de “El Furo”, de Emilio Saad - Parte 1
-¿Podrías resumirme en unas pocas líneas el argumento de “El Furo”?
-En 1880, Juán José Herrauri y su hermana Agostina, descubren un texto escrito por Julián, el padre de los dos, que ya ha muerto. En el manuscrito se da otra versión (insólita, secreta e inquietante) de los sucesos de Mayo. Julián, que fuera contemporáneo de esos sucesos, asegura que el régimen realista, de escaso poder militar, contaba con un arma secreta para destruir la Revolución. Ese arma secreta era "El Furo", un monstruoso reptil escondido en los túneles de Buenos Aires. Y tal monstruo, inmenso y aterrador, sería lanzado, en el momento oportuno contra los criollos que exigían un cambio de gobierno. Aparentemente El Furo era tan destructor como imposible de detener. Julián, único conocedor de la noticia, conoce también a la "guardiana" del monstruo: una gitana italiana de ascendente español e indígena. Es ella quien le dirá que El Furo es un Dios indígena convocado, cuatro siglos atrás, por una tribu caribeña, para que los defendiera de los conquistadores. Pero el Dios que llegó, era un recién nacido. No estaba en condiciones de defender a nadie, todavía. Y pequeño como era, sería llevado a Europa por una princesa india, de quien un conquistador español se había enamorado. Allí El Furo creció, a través de los siglos, escondido y secreto, entre los descendientes de la princesa y el español. Hoy los últimos integrantes de la familia son la gitana y su tío. Y este tío, le ha ofrecido el Dios a la Junta de Sevilla, a cambio de dinero. Tras una prueba de rigor, la Junta aceptó y lo envió a América con Cisneros, informada de la difícil situación que éste debería afrontar entre los criollos de Buenos Aires. Supuestamente -y reptil como es- El Furo llegó a América enroscado en una enorme caja. A partir de allí, Julián, que es un ferviente revolucionario, intentará convencer a la chica para que desoiga las órdenes del régimen y no utilice a El Furo contra los criollos. Toda esta peripecia está cruzada por una anécdota sentimental y por las relaciones de los protagonistas con sus familiares y amigos. En tanto la ciudad vive un enrarecido clima político en el cual todos los criollos quieren la destitución del virrey, pero pueden -internamente- también estar enfrentados entre ellos. Finalmente la visión americanista de un Belgrano o un Castelli y, sobre todo, la revelación de El Furo como Dios de América volcarán los acontecimientos a favor de los revolucionarios. Y El Furo, al salir de las catacumbas, se convertirá en un ser brillante y magnífico. Tal como pudo ser el destino de los pueblos indígenas -como aquel que lo convocara- sino hubieran sido condenados a la servidumbre o a hundirse en el oscuro trabajo de las minas. Y así, deslumbrante, El Furo se alejará flotando sobre las aguas del Río de la Plata llevando a la gitana sobre su lomo. Esto, que sólo Julián podrá ver, ocurrirá exactamente durante la tarde del 25 de Mayo de 1810, después de que fuera proclamada nuestra Primera Junta de Gobierno.
-¿Cómo fue pensar, desde la escritura, un libro basado en el 25 de mayo de 1810?
-Mi primera intención no fue contar -a través de una ficción- cómo ocurrió la Revolución de Mayo; sino, al revés, quise contar desde una ficción que esa Revolución "pudo no ocurrir". Porque -en la propia realidad histórica- estuvo a punto de naufragar. Pensemos, no más, en aquella espuria componenda del 24 de mayo, con Cisneros que pasaba de virrey a presidente de una "junta" que, indudablemente, sería puesta a las órdenés de la Junta de Cádiz. Y peor aún: pensemos en esas dramáticas "Juntas" que nunca ocurrieron, como la de Chuquisaca, que fue sangrientamente reprimida. Eso me planteé cuando pensé "El Furo", cuando pensé en un monstruo como arma secreta del régimen. Toda contrarrevolución es siempre monstruosa; y basta pensar en el suplicio de Tupac Amarú. O en los masacrados de Chuquisaca y La Paz que menciona nuestro himno. Es decir, toda contrarrevolución es furiosa, es furibunda, es El Furo.
-Pregunto esto teniendo en cuenta que vos trabajás mucho con la historia argentina.
-Es verdad, trabajo con la historia argentina, pero no sólo con ella. Y cada vez que toco un tema histórico me aparece una anécdota fantástica, sobrenatural, a veces terrorífica. Es decir, algo que haga símbolo y metáfora de lo que quiero contar. Porque supongo que la historia de un país, de cualquiera, puede ser heroica, sublime y, lamentablemente, también puede ser un cuento de terror. Y si es posible, claro, yo trato de contar todo eso junto en una fábula.
-¿Qué importancia tiene el 25 de Mayo de 1810 en los vaivenes de nuestra historia como patria?
-Desde ya es un comienzo, un nuevo punto de partida. Pero en realidad es la culminación de muchos años, de muchos hechos, de muchas aspiraciones previas. En lo personal creo que los ideales de Mayo siguen vigentes. Algunos gobiernos se acercaron más que otros a ellos. Pero aún considerando todo lo que pasó en estos doscientos años, todavía seguimos en deuda con Mayo.
-En 1880, Juán José Herrauri y su hermana Agostina, descubren un texto escrito por Julián, el padre de los dos, que ya ha muerto. En el manuscrito se da otra versión (insólita, secreta e inquietante) de los sucesos de Mayo. Julián, que fuera contemporáneo de esos sucesos, asegura que el régimen realista, de escaso poder militar, contaba con un arma secreta para destruir la Revolución. Ese arma secreta era "El Furo", un monstruoso reptil escondido en los túneles de Buenos Aires. Y tal monstruo, inmenso y aterrador, sería lanzado, en el momento oportuno contra los criollos que exigían un cambio de gobierno. Aparentemente El Furo era tan destructor como imposible de detener. Julián, único conocedor de la noticia, conoce también a la "guardiana" del monstruo: una gitana italiana de ascendente español e indígena. Es ella quien le dirá que El Furo es un Dios indígena convocado, cuatro siglos atrás, por una tribu caribeña, para que los defendiera de los conquistadores. Pero el Dios que llegó, era un recién nacido. No estaba en condiciones de defender a nadie, todavía. Y pequeño como era, sería llevado a Europa por una princesa india, de quien un conquistador español se había enamorado. Allí El Furo creció, a través de los siglos, escondido y secreto, entre los descendientes de la princesa y el español. Hoy los últimos integrantes de la familia son la gitana y su tío. Y este tío, le ha ofrecido el Dios a la Junta de Sevilla, a cambio de dinero. Tras una prueba de rigor, la Junta aceptó y lo envió a América con Cisneros, informada de la difícil situación que éste debería afrontar entre los criollos de Buenos Aires. Supuestamente -y reptil como es- El Furo llegó a América enroscado en una enorme caja. A partir de allí, Julián, que es un ferviente revolucionario, intentará convencer a la chica para que desoiga las órdenes del régimen y no utilice a El Furo contra los criollos. Toda esta peripecia está cruzada por una anécdota sentimental y por las relaciones de los protagonistas con sus familiares y amigos. En tanto la ciudad vive un enrarecido clima político en el cual todos los criollos quieren la destitución del virrey, pero pueden -internamente- también estar enfrentados entre ellos. Finalmente la visión americanista de un Belgrano o un Castelli y, sobre todo, la revelación de El Furo como Dios de América volcarán los acontecimientos a favor de los revolucionarios. Y El Furo, al salir de las catacumbas, se convertirá en un ser brillante y magnífico. Tal como pudo ser el destino de los pueblos indígenas -como aquel que lo convocara- sino hubieran sido condenados a la servidumbre o a hundirse en el oscuro trabajo de las minas. Y así, deslumbrante, El Furo se alejará flotando sobre las aguas del Río de la Plata llevando a la gitana sobre su lomo. Esto, que sólo Julián podrá ver, ocurrirá exactamente durante la tarde del 25 de Mayo de 1810, después de que fuera proclamada nuestra Primera Junta de Gobierno.
-¿Cómo fue pensar, desde la escritura, un libro basado en el 25 de mayo de 1810?
-Mi primera intención no fue contar -a través de una ficción- cómo ocurrió la Revolución de Mayo; sino, al revés, quise contar desde una ficción que esa Revolución "pudo no ocurrir". Porque -en la propia realidad histórica- estuvo a punto de naufragar. Pensemos, no más, en aquella espuria componenda del 24 de mayo, con Cisneros que pasaba de virrey a presidente de una "junta" que, indudablemente, sería puesta a las órdenés de la Junta de Cádiz. Y peor aún: pensemos en esas dramáticas "Juntas" que nunca ocurrieron, como la de Chuquisaca, que fue sangrientamente reprimida. Eso me planteé cuando pensé "El Furo", cuando pensé en un monstruo como arma secreta del régimen. Toda contrarrevolución es siempre monstruosa; y basta pensar en el suplicio de Tupac Amarú. O en los masacrados de Chuquisaca y La Paz que menciona nuestro himno. Es decir, toda contrarrevolución es furiosa, es furibunda, es El Furo.
-Pregunto esto teniendo en cuenta que vos trabajás mucho con la historia argentina.
-Es verdad, trabajo con la historia argentina, pero no sólo con ella. Y cada vez que toco un tema histórico me aparece una anécdota fantástica, sobrenatural, a veces terrorífica. Es decir, algo que haga símbolo y metáfora de lo que quiero contar. Porque supongo que la historia de un país, de cualquiera, puede ser heroica, sublime y, lamentablemente, también puede ser un cuento de terror. Y si es posible, claro, yo trato de contar todo eso junto en una fábula.
-¿Qué importancia tiene el 25 de Mayo de 1810 en los vaivenes de nuestra historia como patria?
-Desde ya es un comienzo, un nuevo punto de partida. Pero en realidad es la culminación de muchos años, de muchos hechos, de muchas aspiraciones previas. En lo personal creo que los ideales de Mayo siguen vigentes. Algunos gobiernos se acercaron más que otros a ellos. Pero aún considerando todo lo que pasó en estos doscientos años, todavía seguimos en deuda con Mayo.
domingo, 16 de mayo de 2010
martes, 11 de mayo de 2010
Entrevista a Antonio Dal Masetto
Fragmento de una entrevista a Antonio Dal Masetto en la revista Sudestada de este mes:
La nota completa, en papel de revista Sudestada.
martes, 4 de mayo de 2010
En breve...
En El Poeta de la Gacetilla:
Entrevistas a Mario Méndez, Adela Basch, Laura Ávila y Emilio Saad:
la literatura infantil de cara al Bicentenario
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