lunes, 20 de abril de 2020

Diario de cuarentena (día 25 a 29)



DÍA VEINTICINCO

Las versiones en video del Diario de cuarentena a cargo de Andrés. Tercera y cuarta entrega:

Anoche película en Fox: Life: vida inteligente. En una estación aeroespacial aparece una forma de vida alienígena proveniente de Marte. La tripulación entra en ¡cuarentena! Spoiled: obviamente, mueren todos.

Acá estamos, esperando el segundo semestre.

Las versiones en video del Diario de cuarentena a cargo de Andrés. Quinta y sexta entrega:

Escribí y publiqué esta nota en La Gaceta Literaria, acerca de cómo diferentes escritores dejan sus testimonios sobre la pandemia:
https://www.lagaceta.com.ar/nota/840663/la-gaceta-literaria/pandemia-diario.html

He hecho videollamadas con amigos con los que no hablaba hacía años. Aguante la cuarentena.

Hoy cosí un pantalón.

DÍA VEINTISÉIS

El Covid19 es un invento del Diego para que se suspenda el fútbol y Gimnasia no descienda.

Blade Runner. 1 hora 25 minutos: “Produjo un virus tan letal que el sujeto no sobrevivió”. Año 1982.

Leonard Cohen, “The future”:

Devuélveme mi noche rota,
mi habitación de espejos, mi vida secreta;
esto es muy solitario
(...)
Devuélveme el Muro de Berlín,
dame Stalin y San Pablo.
He visto el futuro, hermano:
es un crimen.
(...)
He visto las naciones levantarse y caer,
he oído sus historias, las he oído todas,
pero el amor es el único motor de supervivencia.
(...)
El antiguo código occidental
saltará en pedazos.
De pronto, estallará tu vida privada.
Habrás fantasmas,
habrá fuegos en la carretera,
y el hombre blanco bailando.
(...)
Las cosas van a deslizarse en todas direcciones,
no habrá nada,
nada que puedas volver a medir.
La ventisca del mundo
ha cruzado el umbral
y ha volcado la orden del alma.
Cuando dijeron: “Arrepiéntete”,
me pregunto a qué se referían.

Tenía (casi) terminados tres libros a principios de 2020. Con lo que le espera a la industria editorial después del ciclo 2015-2019 y en la era del pos-coronavirus, voy a poner los derechos de autor a nombre de mis nietos.

Creo que sobrellevan mejor la cuarentena aquellos que tienen vida interior, que saben repensarse en la soledad, que no necesitan de un Otro para ser, que pueden crear y recrearse en el ambiente que los contiene. Suena muy al pavote de Luis María Domínguez, pero algo de eso hay.

DÍA VEINTISIETE

“Tenés que hacer algo con esto”, me dice un amigo respecto del Diario de Cuarentena. “Lo estoy haciendo”, le respondo, “molesto a la gente enviándolo por Whatsapp”.

Contrapunto por Whatsapp con un amigo. Ahijuna, los gauchos ya no son lo que eran:

I
No es gaucho el que se entromete
pero esta vez va de regalao,
¡¿A quién se le ocurre hacer un asao
acompañao por pan de pebete?!

II
Acá me pongo a cantar
mientras preparo el asado
que no sea de extrañar
que el pan sea de salvado.

Elpoetadelagacetilla siempre fue colectivo, comunitario, una voz a muchas voces.


Veladuras, de María Teresa Andruetto.
La naturaleza, el espacio del que venimos y al que queremos volver, las artes manuales, la crianza y la herencia, la sangre y el nombre, la tristeza y la locura. La salud que viene sola al encontrarnos con lo que somos. El paisaje, Jujuy, el cerro. La voz, la forma, la incomparable escritura de la Tere.

DÍA VEINTIOCHO

Enésima vez que pierdo el orden de los días en relación del Diario.

Si nuestra casa hoy hubiese sido el núcleo duro de la CIA, invadíamos Laos, Albania, Reino Unido, Costa Rica y los Estados Federados de Micronesia.

Definitivamente la cuarentena implica un cambio de hábitos: decidí que las papas ya no debían vivir en el cajón de la verdura de la heladera sino en una modesta caja de cartón en el lavadero. Ellas dirán.

Con Andrés y Vera inventamos el Chancletball, o tenis-chancleta. No hace falta mucha imaginación para adivinar cuáles son los dos elementos básicos para el desarrollo de esta nueva disciplina.

En vez de regresar a los ámbitos naturales, cosa que necesitaría el ser humano, el encierro obligatorio lo está alejando de ellos. Seguiremos retrocediendo.

Mekong - Paraná. Hermoso documental sobre una comunidad laosiana en la ciudad de Santa Fe

DÍA VEINTINUEVE

Está decidido: al cumplirse el mes, este Diario dejará de publicarse.

Llenamos un balde, sacamos un par de cañas y tiramos las líneas sobre esa agua estancada. Los tres primeros segundos fueron de un extremo contacto con la ficción, a la vez que transportación a un escenario imaginario, anhelado. Luego, lo meramente lúdico.

“Como persona que trabaja con el lenguaje debería colaborar en la discusión pública. Pensando, escribiendo, interpretando. Pero cada día que pasa, pensar en esta pandemia se convierte en una neblina pesada (...) Me rebelo ante esta demanda de productividad cuando sólo siento desconcierto.”
Mariana Enríquez. “La ansiedad”

La escritura sin la experiencia frente al mundo no existe.
Hemingway fue su apotegma.
Borges, su antagonismo.
Nos cuesta escribir porque no podemos respirar el mundo.
Necesitamos respirar el mundo.
No nos basta esta cabeza.

Columna de Martín Kohan al respecto:

Niebla, neblina, lluvia, bruma. Todo es lejano, vagamente irreal. Vidrio sucio, cubiertos por la luz amarillenta. Nublando el aire, un vapor tenue. Los árboles eran manchas borrosas. Una bruma serena que parecía licuarse contra el horizonte. En la sala la luz es blanca, todo parece flotar en una neblina suave. En la calle el aire está sucio, licuado en una niebla turbia
Piglia en “El fin de viaje”. Nosotros en estos días.

Regreso a Coronel Vallejos, sobre Manuel Puig. Impresionante documental

Windows me dice: ningún elemento coincide con el criterio de búsqueda.
Tamos en igualdad de condiciones, Windows.

Oigo de refilón que me habla Valeria.
-¿Qué?
-Nada. Estaba puteando al coronavirus.

Caronavirus, según Vera.

El cuento que nunca escribimos con Germán:
Un hombre queda varado en una ciudad, en la que se encuentra de paso, cuando se declara la cuarentena, lo que le impide volver a su hogar. En medio, comienza a llover indefinidamente y se produce una inundación, por lo cual el aislamiento se vuelve doble. Se llama Héctor Levin y es viajante o periodista gráfico o cineasta o huye de algo que no sabemos (tampoco sabemos si lo sabe él). A través de la ventana oye el sonido del viento sobre los árboles, ve entrar el sol y crecer las aguas. Mira televisión y lee un libro que acaba de encontrar en la mesita de luz. Con la única persona con la que habla es con el conserje.
Comienza con un diálogo
-No va a poder ser, don. Ya no hay quien traiga el diario.

(A partir de aquí, el Diario se seguirá escribiendo, pero no publicando. Desconocemos por ahora cuánto más durará la cuarentena.)

martes, 14 de abril de 2020

Diario de cuarentena (día 22 a 24)



DÍA VEINTIDÓS

Lectura de cuentos de Piglia y Sasturain para el Taller. Juegos con los niños, que pasan de la más absoluta felicidad al más difuso de los conflictos. En el patio pongo reggae y bailo: “¿cómo podés bailar en este momento?”, me pregunta Valeria. El reggae regocija el espíritu y eso se traslada al cuerpo, le digo, nada más.

Es que no necesitamos líquido para naufragar.

En Netflix: “El otro hermano”, versión de la novela Bajo este sol tremendo, de Busqued. Tan oscura como el libro.

La imposibilidad del Diario de abarcar la realidad cotidiana.

Al anochecer, sigue el bailongo: El General, Antonio Ríos, Ráfaga, Los Charros, Los Palmeras, Gilda. ¡A todo sabor!

Muy buenos los Podcast de Tomás Pérez Vizzón sobre el Covid19. Elijo este de loa cambios en la naturaleza frente a la pandemia. Es que no venimos de otro lugar sino de ese: la naturaleza.

Vera: “Papá, ¿te acordás de los Reyes Magos?”
Papá: “Sí, hija, me acuerdo.”
Qué bueno que no haya emoticones en el Word.

¿Se acuerdan de cuando estaba de moda decir que “los que viven en las grandes ciudades están muy solos aunque estén rodeados de gente”?

El espermatozoide de Todo lo que usted quiso saber sobre el sexo y no se atrevió a preguntar sí que sabía de los peligros de salir:

DÍA VEINTITRÉS

Cumpleaños de Andrés. No se trabaja en el Diario.

DÍA VEINTICUATRO

Ídolos populares que no podrán salvarnos de la pandemia:
-El Chapulín Colorado
-El guachito Gil y la difunta Correa (por su condición de ruteros y la consecuente prohibición de movilizarnos hasta sus centros de operaciones)
-Ignatius J. Reilly
-El negro del Whatsapp
-Pepe Sánchez (el de la historieta, no el basquetbolista)
-John Lennon (razones obvias)
-Terminator (bah, no sé, según, porque como es metálico capaz que no se agarraría la cosa esta)
(Alguien me propone a Pancho Sierra. No es mala idea.)

-Vera, mañana hay que levantarse más temprano.
-¿Para qué?

Angustia significa angosto, que es como vivimos ahora, de manera angosta.

Nunca fui un dotado de la moda, pero los atuendos que he improvisado estos días son dignos de Dude Lebowski.

Ahora el barbijo. Siento que estoy desafiando los delicados límites de la estética.

viernes, 10 de abril de 2020

Diario de cuarentena (día 19 a 21)



DÍA DIECINUEVE

Día de listas

Grandes momentos históricos que me han tocado vivir (en orden cronológico):
-El regreso de la democracia
-El Mundial 86
-La caída del Muro (no recuerdo nada)
-El cambio de milenio
-La caída de las Torres Gemelas
-La crisis de 2001
-La final en Madrid
-Covid19
Agregue aquí usted, lector, los suyos.

Generala. Escondida. Globo. Fútbol (con pelota de tenis). Carioca. Música. Circuitos de actividad física. Dibujo y pintura. Ladrillos de encaje.
Ya lo dijo San Martín: Serás lúdico, o no serás nada.

Consumo cultural de estos dieciocho días:
--Lecturas:
Los tigres de la memoria, de Juan Carlos Martelli
El amigo de Baudelaire, de Andrés Rivera
Diarios, de Abelardo Castillo
--Documentales:
Entre gatos universalmente pardos, sobre Salvador Benesdra (excelente)
Birth of the cool, sobre Miles Davis (bueno)
Miguel Abuelo Et Nada (regular)
--Series:
Poco ortodoxa
Robotech

VECINO: ¡Hola, Mari!
AUDIO DE TELÉFONO: Hola, cómo te va.
VECINO: Mari, ¿Osvaldo está en tu casa?
AUDIO DE TELÉFONO: ¿Ahora? Creería que no. Debe estar en el negocio, pero el negocio está cerrado.

DÍA VEINTE

Veinte. ¡Veinte!

“¿Qué sabe de la peste el señor Sarmiento, que camina solo por la ciudad apestada, inmunizado contra la peste por el odio de los gauchos que mandó exterminar? ¿Que los ricos huyen de la ciudad apestada? ¿Que los pobres, como es natural, mueren en la ciudad apestada?”.
Andrés Rivera. El amigo de Baudelaire.

Ayer segunda sesión del Taller de lectura vía virtual. Un oasis de placer en medio del encierro. La literatura como flotador.

Mi esposa envía un meme a un grupo familiar, donde el cartelito con letras blancas sobre fondo negro pregunta si la segunda temporada de la cuarentena es con los mismos actores, porque tiene problema con el reparto. ¿Alguien sabe de un monoambiente para alquilar?

Empezó el frío. Como no limpiamos el calefactor le damos duro al horno.

Segunda entrega en versión video de este Diario de cuarentena, a cargo de Andrés Carbonel Vizzón:

El domingo tenemos el cumpleaños de Andrés. Será el segundo en el encierro.

DÍA VEINTIUNO

La malaria económica será grande cuando todo esto termine. Ya lo es, pero el futuro no sonríe al que siembra hoy a la noche para cosechar mañana a la mañana. La comparan con lo que vino después del crack del ’29. O sea: peor que el 2001. Las consecuencias serán numerosas; como luchar contra la maleza selvática con un machete desafilado.

Algunas lecturas del taller: “La salvación”, de Isidoro Blaisten. “Los ladrones”, de Hernán Ronsino. “El fin del viaje”, de Ricardo Piglia. “Soler el defectivo, de Juan Sasturain. Y se vienen “El proveedor de iniquidades Monk Eastman”, de Borges. “La última noche de Dios”, de Horacio Convertini. Y las Aguafuertes porteñas de Arlt.

Hoy, con Andrés, vimos Arsenal - Manchester City. Si sería viejo el partido que al Arsenal lo dirigía Arsene Wenger.

Hicimos un “Frasco de ideas contra el aburrimiento”. Lo abrimos una sola vez. O nos estamos divirtiendo a lo loco o el proyecto fue un verdadero bluff.

Le puse la tapa de la pava al termo y viceversa. Va queriendo.

Al principio era preocupación o novedad; los grupos de Whatsapp se llenaban de mensajes, las múltiples plataformas liberaban sus contenidos, estábamos ávidos de saber qué era lo que nos esperaba.
Ya pasamos el hartazgo, el malhumor (aunque suele retornar en pequeñas dosis), el aburrimiento, la esperanza. El temor subsiste.
Hay sensaciones que se nos escapan; una vez más, desconocemos el futuro.

Segunda sesión de títeres, esta vez hechos en casa y a cargo de Andrés y Vera. Nombres de los personajes: Vera Lucía, Rafael Nadal, El Barbudo, El Fantasma de Carnaval.

Mi hermana mayor: “Aquellos días en que mis padres más míos fueron”.

Hit de la cuarentena según Andrés: “Había un sapo, sapo, sapo...”

Hoy volví a usar zapatillas después de veinte días.

¿Qué es poesía?, dices mientras clavas
en mi pupila tu pupila azul.
¿Qué es poesía? ¿Y tú me lo preguntas?
¡Poesía es salir a la vereda, papá!

martes, 7 de abril de 2020

Diario de cuarentena (día 16 a 18)



DÍA DIECISÉIS

Hoy Vera cumple años.
Disculpen la molestias, estamos dedicados a otras tareas.

DÍA DIECISIETE

Antenoche me quedé hasta la tres de la mañana viendo Alien: Covenant. Que te agarre un Alien y ahí reíte del Coronavirus.

¿Algún día volveremos a vernos con nuestros amigos?
Sí, sí, tranquilos: nos volveremos a ver.
Para seguir con la música: como no sólo de Coronavirus vive el hombre, encontré una banda camboyana que se llama Dengue Fever. Está buenísima, además de que la re pegaron con el nombre, escuchá esto, y seguro te sube la temperatura.

Domingo.
Recoger los restos de la fiesta de ayer por el cumpleaños de Vera (¡una fiesta en cuarentena!): colgamos banderines y globos, conseguimos narices de payaso luminosas, la familia apareció vía virtual. Vera lo tomó con una naturalidad admirable. “La fiesta dura hasta la noche tarde”, declaró, y le hizo honor. “Estuvo hermoso mi cumpleaños” dijo hoy por la mañana. El valor de la ingenuidad.

Asado de domingo como si fuera domingo.

El auto. Segunda parte.
Voy a la cochera, doy arranque y parece que el auto se volvió gangoso, o peor, afásico. Confirmado: se quedó sin batería.
Entre esto y el affaire neumático de hace unos días, sospecho que a él también lo está afectando el encierro.

Gracias por el delivery, me dijo un lector del Diario.
27. Son buenas.

Soy el sátiro de la lavandina.

Un amigo de la juventud decía que a los individuos los unen hilos invisibles,  hilos que los arrastran hacia acá o hacia allá y, al mismo tiempo, los vinculan, los predeterminan y los llevan a un plan rutinario de la existencia. Una especie de determinismo hilvanado. Sentado en un banco de Plaza Dardo Rocha, en La Plata, lo decía.
Bien, dentro de esta casa, por estos días, sucede lo mismo: estamos unidos por el hilo invisible de la cuarentena, un hilo que por momentos cede y por momentos se tensa.

Vera: “¿Dónde está la enfermedad?”.
Queda claro que el enemigo es invisible.
Bah, espero que se refiera al Covid19, si no estamos fritos.

DÍA DIECIOCHO

A la madrugada: insomnio. Hora despierto, en medio de la oscuridad, mosquitos como aviones sobre Pearl Harbor.

Imagen en medio del desvelo: una mujer y un hombre, en un parque, se besan y se chupan, pero no lo hacen desnudos, sino vestidos. O sea: lo que lamen, lo que chupan, es la ropa del otro. Es amor con la indumentaria como profilaxis. (¿El amor en los tiempos del coronavirus?)

El auto. Tercera parte.
El techo de la cochera comenzó a cumplir lentamente con la ley de gravedad. En fin, que se derrumba. Primero un pequeño ladrillo, luego otro, luego otro. Apelé a la medida más elemental e inmediata: martillo. Voltear del cielorraso todo lo que implicara riesgo hasta que no hubiese peligro de derrumbe.
Definitivamente el auto ya no soporta el encierro.

Andrés: “el mundo está encarcelado”.

Aquello de su homónimo: “La vida es una cárcel con las puertas abiertas”.

Vivimos alerta hasta que sucede algo a nuestro alrededor, y ahí sí, nos volvemos realmente alerta.

Andrés empezó a hacer versiones en video de este Diario de cuarentena. Acá puede verse la primera producción:

viernes, 3 de abril de 2020

Diario de cuarentena (día 13 a 15)



DÍA TRECE

Trece. ¿Qué te parece?

La sobrecarga de información a la que nos exponemos (redes sociales, plataformas, webs, bla, bla, bla) hace que nos sintamos impelidos a consumir, como si el mundo fuera a terminarse con la mismísima cuarentena. ¿Arte, cultura, entretenimiento, pasatiempo? Supongamos que sí. Pero la idea de consumo, de obligatoriedad, sigue estando ahí. Absorber. “Matar el tiempo”. Presenciar en vez de producir. Lo dijo bien Germán: hagamos Ecología de Información.

Si en medio de esta maraña de contenidos toda la música del mundo se acabase y hubiera que salvar sólo tres ejemplares, ya tengo dos: Kind of blue y Dark side of the moon.

Me encantaría ser psicoanalista. Ya estaría dando turnos.

¡Necesito andar en bicicletaaaaaaaaaaaa!

Marche un asesor canino, cómo se lo explico, si ella se llama Esca porque Esca-llejera.

Antes de bañarme, bailé en el comedor envuelto en una toalla.
Libertad suprema y muerte de la estética.

Otro aporte de Germán:
“En la primavera de 1937, paseando por el parque del hospital psiquiátrico de Sibiu, en Transilvania, fui abordado por un «huésped». Intercambiamos algunas palabras y luego le dije: «Se está bien aquí». «Es cierto. Merece la pena estar loco», me respondió. «Pero está usted, a pesar de todo, en una especie de prisión.» «Si usted quiere, pero aquí se vive sin la menor preocupación. Además, la guerra se acerca, usted lo sabe tan bien como yo, y este lugar es seguro. No se nos moviliza y no se bombardea un manicomio. Si yo fuera usted, me haría internar inmediatamente.» Turbado y maravillado, le dejé e intenté informarme sobre él. Se me aseguró que estaba realmente loco. Loco o no, nunca nadie me ha dado un consejo más razonable”.
Emil Cioran, Ese maldito yo.

DÍA CATORCE

Hoy rompí marcas: me levanté 9 y media.

Estoy a punto de hacer un gráfico de barras con los niveles auditivos de las exclamaciones hogareñas.

Andrés canta “Perón, Perón, que grande sos”. Temo preguntarle el origen de su desenfrenada cantata.

Han empezado a caer las hojas de los árboles, el sol se atenúa, el otoño nos encuentra encerrados. ¿La melancolía se impulsará con esta clausura obligatoria, o la misma reclusión la tapará y hará que apenas la intuyamos?

Hacer un listado de cosas a emprender en el día. Lo que antes era un orden a priori se ha convertido en una tabla salvavidas.

Una banda de rock que se llame Los Carteros y haga covers de Soda Stéreo. Al final de cada recital, el cantante agradece a su público: ¡Gracias... postales!

DÍA QUINCE

Algunas consideraciones de Germán sobre los desatinos Producto Del Encierro:
¿Cuándo es la siesta en este tiempo descronologizado?
Cenayuno: un estado de vacilación exasperante y confusión nutritiva.
Si seguimos así le vamos a tener que agregar días a la cuarenta. O días al mes. O páginas al Diario.

Y como dijo un amigo: que el hundimiento del Titanic nos sorprenda bailando.

Si esto fuera Cuba, y estuviéramos en los albores de la década del ’90 y la forma del mundo que creíamos invulnerable se estuviera cayendo a pedazos, diríamos que pasamos por un Período Especial. Pero no: el abanico se abrió y ya vamos por la tercera década del Siglo XXI. ¿Viste, Mirta? No todo era culpa del comunismo.

-Vera, ¿jugamos a lo dados, hoy?
-No, hoy no tengo tiempo.