Tres libros:
los tres primeros libros de cada autor; pueblos de provincia; músicos que
acompañan la inspiración de algunos de esos libros; dos generaciones separadas
por varias décadas. Muchas coincidencias
I
Primero: Salvador
Biedma (Buenos Aires, 1979) y su primera novela: Además, el tiempo (ediciones la yunta, 2013).
Manuel, el
personaje principal, abandonó la vida capitalina hace ya un buen tiempo y se
dedica a recorrer pueblos y ciudades del interior de la provincia reparando
máquinas. La historia comienza con su llegada a Bahía Hermosa: la vida en ese
poblado se volverá un cúmulo de extrañeza para el protagonista.
Si bien es su
primer libro publicado, Biedma viene envuelto por la literatura desde hace
años: es editor de Galerna, dirigió las revistas La mala palabra y Mil mamuts,
y trabajó como periodista, corrector y traductor.
Entre los agradecimientos
de la última página, figura Manuel Moretti, con quien el autor, confiesa, habló
“más de una vez sobre los libros que transcurren en pueblos de la provincia de
Buenos Aires, quizás parecidos a Bahía Hermosa”.
II
Luego: Juan Andrade
y su también primera novela, Canción
familiar (edición de autor, 2013).
Andrade es
platense (1975). Egresado de la Facultad de Periodismo de la UNLP, publicó Oscar Masotta. Una leyenda en el cruce de
los saberes y Leyendas del Rock
Nacional a través de Rolling
Stone-La Nación. Lo suyo es la crítica musical. Ha trabajado en 3 Puntos, TXT,
Perfil y La Mano, y lo hace en Acción, Rolling Stone, Clarín y el Radar de Página/12.
Canción familiar está planteada como un disco: dividida
en dos grandes bloques (Lado A, Lado B), cada capítulo lleva por título el
nombre de una canción (de Michael Jackson, de los Ramones, de los Redonditos de
Ricota, de los Beatles, de Virus, etc., etc., etc.).
Cristian
Suárez (alias Maldito) duda de su identidad, y eso lo lleva a una búsqueda,
primero, en Abuelas de Plaza de Mayo, y luego a Misiones, más exactamente El
Dorado. Mientras se da ese doble viaje (el interior, y el que lo lleva por
diferentes paisajes), “las canciones se suceden como señales de tránsito en una
ruta incierta”. El rock es su GPS personal, su soundtrack biográfico.
El Capítulo 8
cierra: “En ‘Extraño lugar’, Manuel Moretti cantaba como si estuviera perdido
en una casa que le resultaba ajena y hostil: “Qué extraño lugar / no me atrevo
a hablar / andar siempre a mil / dame una razón para entender / por qué me
alejo de lo que siento”.
Otra vez
Manuel Moretti. Otra vez los viajes. Y “qué extraño lugar” podría ser el pensamiento
que se le aparezca repetidamente a Manuel (SIC), el personaje de Además, el tiempo, al introducirse en el
enigmático ambiente de Bahía Hermosa.
III
Último: Gente que baila (Fondo de Cultura
Económica, 2013), de Norberto Soares.
Según Ricardo
Piglia -quien prologa el libro y dirige la Serie del Recienvenido en que fue
editado-, "Gente que baila es un
libro único en el sentido más preciso de la palabra: no se parece a nada”. Y
dice: “A diferencia de las rígidas reglas del género, en estos cuentos lo central
son los personajes y no las situaciones; son relatos de pocas páginas pero
tienden a expandirse y han sido escritos como si fueran novelas”. Y dice también:
“permite que el suelo histórico atraviese a los personaje”.
Norberto
Soares era porteño, nacido en 1944 y fallecido muy joven, en 1999. Trabajó como
periodista para La Opinión, El Cronista, Página/12, Primera Plana y Acción,
entre otras publicaciones. Fue parte de la “bohemia porteña de la segunda mitad
del siglo XX”, y contemporáneo de otros grandes escritores como Miguel Briante,
Jorge Di Paola, Luis Gusmán, Antonio Dal Masetto, Osvaldo Soriano y el mismo
Piglia.
Antonio Dal Masetto
vivió buena parte de su niñez y juventud en un pueblo de provincia, y lo dejó
magníficamente reflejado en la trilogía de Bosque (Siempre es difícil volver a casa, Bosque, Sacrificios en días
santos). Osvaldo Soriano fue, como se sabe, un trashumante, y en Colonia
Vela (un pequeño poblado rural del partido de Tandil) ambientó No habrá más penas ni olvidos y Cuarteles de invierno. Nacido en Tandil,
justamente, era Jorge Di Paola, alias Dipi, de quien Piglia reeditó Minga! en la mencionada Serie del
Recienvenido. También periodista y cuentista, como Briante, que era nativo de
General Belgrano.
En el cuento
largo que cierra el volumen (“Luna Cassorla, naranjo en flor”) se habla de
Gahan, un pequeño poblado del centro-norte de la provincia de Buenos Aires (en
el imaginario literario, ese pueblo rural podría pertenecer al Bosque de Dal
Masetto), que sin dudas tendrá numerosas correspondencias con el Bahía Hermosa
de Biedma. El de Soares es, a pesar de una extensa biografía ligada a la
literatura, su primer libro. Y el único.