jueves, 28 de junio de 2007

Lechuzas y lechuzaje


EPG ya está despertando voces encontradas (aunque no se sepa quién las encontró), disímiles opiniones, planteos táctico - estratégico - filosóficos sobre cómo encarar y cuál es la función y el modo de acceso a un blog... Que esta nueva rama de comunicación virtual (ver el blog de Nicolás Falcioni, un entendedido en la materia) haya entrado como tema en debates literarios no es algo menor (¿menor que quién?). Pero - como dijera el Canciller Dante Caputo - basta de cháchara... Las disquisición ha sido la siguiente: mientras JRMS (Jere, para los amigos) manda un abrazo y opina que la idea del blog es que uno lo actualice "y la gente que tiene ganas de saber qué pasa entre cuando tenga ganas, y se fije si hay algo nuevo", y que "no hay que andar mandando un mail cada vez que lo actualizás... si no, para eso mandás lo que pusiste en el blog por mail y listo", Tato (el que estuvo en Francia) se pregunta "por qué antes EPG venía a nosotros (ñusleter) y ahora nosotros tenemos que ir a él (blog)". No sé muchachos... resuelvanlón... Yo, mientras, publico este introito y les propongo que se lean este breve relato intitulado "Las lechuzas", que fuera publicado alguna vez por el tándem de la revista Pipí Cucú. Salú!

LAS LECHUZAS

Afuera están Gracia y la menor, Dolores.

Entre el cobertizo de chapas y el olor a tierra mojada. No es nada nuevo, como todo lo compuesto por varias magias.

Gracia y la menor, Dolores (faltan Alba, Cándida) alzan las plumas. Una rasca la oreja de la otra. La otra mella sus uñas. Las baña la resolana.

Reparan seguramente en el año en que nacieron. En los ciclos. Las lunas. La lluvia invisible que ven. En el agua anegándolo.

Como si el campo les fuera mar verde y greda, ven venir la yegua en lontananza. El aire se cuece con la humedad. Gracia, Dolores, se asoman por la ventana.

Adentro, las teclas, amagan competir con el repiqueteo en el techo de paja. Una brisa, un susurro de la sudestada.

Arremangados los pantalones y de pronto, todos los animales comienzan a entrar al rancho. Uno a uno pero en manada.

El gato (solo entre tantos) deja la huella en el piso del rancho que rápidamente son borradas por la vertiente. Uno entre tantos de la manada.

Y detrás Gracia y la menor, Dolores, pero no hablan. Lo dicen todo cuanto lo callan; está todo el aura entre sus ojeras y sus párpados. Apenas se oyen el repiqueteo y el trote. Lo saben Gracia, Dolores - y aunque no estén - Alba, Cándida.

Pasan. La máquina para.


viernes, 22 de junio de 2007


Este breve texto viene de la pluma de mi que mi Querido Gran Amigo el Flaco. Catarsis psicodélico-alucinógena, sería...


Si viviera en la luna...

Si viviera en la luna, animaría a mis ojo con la panorámica del planeta. Todas las mañana despertaría mirando hacia el Planeta Tierra, tomaría mates sentado en algún cráter y comería queso, ya que la luna es de queso, no?...

Agua que dejas correr alimentara los suelo de los valles, en donde crecerá la hierba y el sustento para el pan. Las aves revolotearán buscando su alimento, yo estaré sucumbido en la locura de los hongos que nacerán y recolectaré.

Estoy bien, al menos la esperanza de un mundo mejor la llevo conmigo. Si mi mundo esta mejor, es posible, también, ese otro mundo. En fin. Ganas de charlar no me faltan, ganas de compartir contigo un buen momento tampoco, señales que estoy bien. Estoy feliz?. Sí, creo que lo estoy. No se si hago mucho mas para estar mejor, o para darle una mayor alegría al alma. La vida sigue, el sol sale día a día y nosotros aquí estamos. La panorámica desde la luna la puedo imaginar y creerla real, lo cual me tranquiliza, me quita sopor y me da perspectiva de relax...

En resumen, la vida continua, yo sigo sonriendo, que mas se puede hacer... El amor está en nosotros, las sensaciones son nuestras y como las usemos depende de nosotros...

Así que bueno, no hay siempre momentos malos como tampoco los hay siempre buenos... y como decia charly: porque me tratas tan bien, me tratas tan mal, sabes que no aprendi a vivir, a veces estoy tan bien otras tan mal, calambres en el alma...

Amigo, hermano de alma, compañero de emociones e ilusiones, el cielo puede esperar y los peces están para pescar... así que hasta la próxima, que será hasta siempre...

Flaco Gutix

martes, 19 de junio de 2007

El Hombre Fragmentario

Este es un poema que escribí hace mucho (ten years ago), sentado en el umbral de un casa de calle 57 LP. La buena estrella hizo que un querido amigo de la infancia y su mujer, ambos hoy en Viedma (RN), lo utilziaran para sus clases. La vida te da sorpresas...

El Hombre Fragmentario

Soy el Hombre Fragmentario:
un pedazo.
Mitad hombre mitad fiera.

Puedo ser de cactus.
Puedo ser de piedra.

Hombre fragmentario:
un pedazo de lo que no fui
un pedazo de lo que era.

Me martillan
me esculpen:
siempre queda la esfinge
pétrea.

Seguirán sacudiéndome.

Soy el Hombre Fragmentario:
Mitad cuero mitad percha.

jueves, 14 de junio de 2007

Dibujos, filmes y literatura

Amigos: una nueva entrada, aquí, del Poeta. Primero, decirles que en los blogs de Edu Molina (dibujante platense residente en México) encontrarán muy buenos dibujos... Las dire son estas:

Por último, les dejo un par de textos: un artículo breve de El Poeta de la Gacetilla, y una definición del Gran Bukowski. (Les cuento que estoy leyendo a un tal Pedro Juan Gutierrez: un verdadero Bukowski cubano...) Salú!

Sin dueños, pero felices

Un par de veces he visto una película y nunca pude recordar su nombre. Sé que está filmada en algún país de Europa septentrional y se trata de dos internos que, por el plan de externalización, salen del psiquiátrico y pasan a compartir un departamento y a vivir como cualquier hijo de vecino. Igualmente desequilibrados, uno de ellos es la fuerza; el otro, la razón. Este último quiere hacerse poeta, pero víctima de su propia vergüenza no se anima a mostrar ni publicar. Entonces decide esconder sus poemas en las cajas de cereales de los supermercados. Sobre el final de la película, en la televisión ya se habla de El Poeta de los Cereales.

Ahora, en el mundo e incluso en nuestro país – donde, por eternos periféricos, las modas suelen llegar algo tarde – la tendencia es dejar libros en lugares públicos con el fin (sin fin) de que otros los encuentren por azar.

A esta corriente se la llama Bookcrossing (a la ligera podría traducirse como cruce de libros), surgió en Estados Unidos en 2001 y, lo más importante, en opinión de su creador, Ron Hornbaker, un empresario informático, es que sean leídos antes de volver a liberarlos. Lo cual es - más que nada – la proyección de un deseo. Un buen deseo.

De esta forma, cualquier lugar público puede ser elegido para liberar un libro (¿de qué?) hacia un lector, con la pulsión de un desdén u olvido fingido, de botella al mar.

Se dice que en Argentina el grupo Bookcrossing cuenta con casi 2000 miembros registrados online. La guía está en
www.bookcrossing-spain.com y contiene, entre otros tantos parámetros, la ley de “Las Tres R”: Read, Register y Release. Lee, regístralo y libéralo. E incluso un mensaje a autores y editores: “la página no va de ahorrarle dinero a la gente”.

Como hacen los canales que transmiten fútbol, donde miden las millas que corrió un jugador en cada partido, lo encantador sería llegar a conocer cuántos kilómetros recorre un volumen al pasar de mano de mano. Las cuentas podrían hacerse si la obsesión es costumbre.

En verdad, y para concluir y sintetizar, basta leer cualquiera o alguno de los capítulos de El último lector – el último de Piglia – para comprender la magnitud de esta vocación. En la Era de la Muerte de las Ideologías y como producto de la Globalización, que no llame la atención que Paul Auster se despache con una novelita sobre esto, ya que interviene el azar. O que lo termine auspiciando una marca de cereales.

Soledad (por Charles Bukowski)

“En los peores momentos, en la peor ciudad, si conseguía una habitación pequeña, si podía cerrar la puerta de esa habitación pequeña y estar solo en ella con la cama, la cortinita rota, empezaba a embargarme una sensación agradable; una serenidad singular. No tenía problemas conmigo mismo sino con los lugares de ahí afuera, con las caras de ahí afuera, con las vidas desperdiciadas y destrozadas: la gente que se conforma con la solución más barata y más fácil. Cerrar la puerta de mi habitación era una forma de decir no a todo eso”.

lunes, 11 de junio de 2007

Caracolas Just One

La única vez en que toqué música en vivo...

Cancion y canciones

Esta es una canción que escribí hace muchos años... hoy es - ya - otra cosa...

ANTÁRTIDA ARGENTINA

Qué linda está la Antártida Argentina
cuando llueve
qué rara que es la cara de Belgrano
cuando mira al cielo
qué triste que es

bajar de la escalera
y que vos no estés

Y esto es algo que escribió mi amigo Nicolás hace - también - bastante tiempo... Casi un revisionismo revisitado...

El Calamaro de Carbonel

Por Nicolás Falcioni

Cuánto de real o de ficticio tiene el Calamaro de Carbonel poco importa.

Lo que sí, verdadero es, para la rica intuición del periodista, que arriesga de Calamaro que es músico que “no quiere dejar de serlo”. Por eso el cantor se mete a la lucha que lo lleva a abandonar este mundo, el “real” (las comillas son de él, de Carbonel), por uno propio, “diestro en su condición de particular” (acá son mías). “Con una letra sin canción puede confundirse sencillez con vulgaridad”, dice Calamaro. Y Carbonel denuncia: “el impulso latente de la escritura que, por positivamente simple, lo acerca peligrosamente a la simpleza negativa”.

Carbonel se fija en la mecánica creativa del profuso creador argentino de rockandroles, la desmenuza, y le hace a ello una crónica poética. Calamaro aparece escribiendo canciones como desaforado, y defendiéndolo con potentes argumentos. A Carbonel lo fascina la técnica y también los argumentos: “¿Por qué un músico no va a componer una o más canciones diarias?”. Carbonel hace preguntas geniales, grandes, que apuntan a lo medular de su personaje, de las que esta que cito, quizá sea la mejor: “¿Cuál es el dolor que aqueja a Calamaro?”.

El periodista se detiene también en las imágenes patéticas, en las postales posteriores a los excesos, en “la cuchara usada, las botellas vacías”. Ahora el que pregunta es este otro periodista: ¿Qué ve Carbonel ahí? Y una comprobación: Carbonel tiende a esa zona como algunas estadísticas tienden a la media. En Carbonel hay sentencias calamarianas que terminan embelleciendo la falta de rigor y la chapucería en la que circunstancialmente cae la poesía del propio Calamaro. Por ejemplo, esta: “Al fin y al cabo, hay mujeres que nos recuerdan que hay que ser hombre para olvidar una mujer” ¿Tiene Calamaro una verdad así de real como la de Carbonel?

viernes, 8 de junio de 2007

¿Alguien se acuerda de EPG?

¿Alguien se acuerda de El Poeta de la Gacetilla?
Durante este tiempo, fue EPS (El Poeta del Silencio). Y muchos, incluso él, se preguntan qué hizo el Poeta en todos estos meses. ¿Qué hizo el Poeta en todos estos meses, eh?
Trabajó, se casó, ganó premios, pasó vergüenza, deliró, lo picó un durazno, hizo pozos a domicilio; escribió una canción, dos, cinco, pero se las olvidó a todas; se tomó una pepa, le pegó mal y se hizo asesor nuclear iraní; sufrió hemorroides, fue corcet arameo; hizo la marcha por López, hizo la marcha por Fratichelli, hizo la marcha contra Blumberg, tiro tiros en San Vicente, encontró el pituto de María Marta en las cañerías, NO estuvo con Norita, pero sí con LPG (La Poetisa de la Gacetilla) y demás enseres poco más o menos indescriptibles.
¿Quieren saber qué más? Lean esto...