jueves, 27 de diciembre de 2007

POEMA A PEDIDO DE GERMÁN JORGE

Como terminar un libro

En la última página, maldito
se anunciaba este final...
escapista ya desde el primer atisbo
presentó la bacanal de humo
golpes, papeles, jeroglíficos.

Toda lectura es crepuscular.
Todo amor se precia de arbitrario.

Ahí quedaron, entonces,
el sombrero, el revólver, un modular
lleno de cosas tibias y sonrisitas;
metáforas chicle, imágenes de dagas
y pimienta.

La mejor música incidental
eran las gotas de cielo
abdicando sobre el zinc.

Aunque bien podían continuar
fervores, abrazos
tenues cuerpos sobre el césped
gris amarillento.

Yo, en tanto,
te sentía en esto
como a una musa de juguetería
un pedacito de queso azul
en el rellano
la pizca de piel que se planta
en cualquier umbral.

Pero no. Ya está.
Ya no está.
Definitiva
última página militar
archivero de cocina
que partió – suponte – un 21 de febrero
dejándome acá
hirviendo verduritas.

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