Escribo a modo de respuesta a la nota “Donde la ficción encuentra asidero en lo real” de Ñ número 265, acerca de la Feria del Libro de Junín de septiembre pasado. La nota contiene inmejorables errores periodísticos. Cito dos muy notorios: En primer lugar, Franco Vaccarini no es oriundo de Junín, sino que nació y se crió en el campo, yendo y viniendo entre Chacabuco y Lincoln. Si bien es cierto que Junín queda a mitad de camino, eso de ninguna manera podría cambiar el acta de nacimiento del Sr. Vaccarini. Luego, que Sylvia Iparraguirre -si bien figuraba en el programa de la Feria- no pudo concurrir, puesto que su esposo, Abelardo Castillo, fue operado días antes, y ella, razonablemente, eligió permanecer con él.
Estuve en esa Feria; presentando mi libro, incluso. Y, más allá del loable y fructífero esfuerzo de la gente de la organización, que mucho y muy bien ha trabajado para que todo saliera de la mejor manera, tal como salió, dudaría que las 15.000 personas fueran más reales que imaginarias. Por otra parte, la presencia de la ciudad de Junín en los textos de Borges daría, creo, más para un artículo literario que para una crónica ferial.
Errores, en definitiva, que sólo hubiesen podido subsanarse de antemano enviando un periodista al lugar de los hechos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario