Quedan flotando, entre otros tantos de los trabajos de Beltrán, las antologías “Alumnos del suspenso – Volumen 1 y 2” (Editorial Bancal, 1992), y la biografía “Antonio Ríos. El as del gas”.
Se trata, en este caso, del ingeniero químico que creó un novedoso sistema de almacenamiento y transporte de gas líquido, uno de los primeros expertos en la materia en concluir que “el gas disuelto en un líquido no es gas, sino parte del líquido”.
Antonio Ríos sufrió, tres años después de editado el libro, un accidente cerebro-vascular que lo dejó paralítico y mudo. Consultado para este artículo, su respuesta llega vía escrita, por correo electrónico: “No sé si quedé conforme con su biografía. Él se portó de maravillas conmigo, aunque en el relato hay algunos errores técnicos propios de un desconocedor de la materia, y que tienen que ver específicamente con las moléculas, el LPG (gas petróleo líquido) y el LNG (gas natural líquido), imposibles de subsanar para una segunda edición. Sobre todo porque me acabo de enterar que Beltrán ha muerto, además de que a mí no me interese para nada reeditar ese libro”.
miércoles, 3 de diciembre de 2008
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