jueves, 28 de julio de 2011

De aquí en adelante...


...en los próximos tres posteos, cuando usted haga girar hacia abajo la ruedita del maus, se encontrará con tres entrevistas: a Marcelo Birmajer, a Martín Caparrós y a Gustavo Nielsen, hablando de sus últimos libros. ¡Chapó!

Marcelo Birmajer acerca de "El túnel de los pájaros muertos"

¿Cómo encarás un libro para adultos y cómo uno para jóvenes? ¿Cuáles son las pautas que te marcás como autor desde el punto de partida?

Todo buen libro para adolescentes debe ser también bueno para adultos. Pero no todo libro para adultos es igualmente bueno para adolescentes. Yo no les recomendaría a chicos de doce, trece o catorce años mi libro Tres mosqueteros, ni No tan distinto. En cambio, recomendaría a cualquier adulto El alma al diablo, Fábulas Salvajes o El túnel de los pájaros muertos. Lo único que me indica que tengo una nueva historia juvenil es la intuición. La historia aparece sin definiciones, pero en algún momento me avisa.

En “El túnel de los pájaros muertos” hay una serie de situaciones extremas: muertes con toques de sadismo, fantasmas, mancos, tullidos, abandono paterno, encierro (en loquero u orfanatorio). Me recordó a El sueño de los murciélagos de Pablo Ramos. Bien oscuro.

Pero el libro es también un homenaje a la libertad, a la búsqueda de la libertad. No encuentro contradicción entre la libertad y el terror, entre la sordidez y la libertad. La libertad es también soledad. La libertad es temor. Los temores van cambiando de nombre, pero nos acompañan toda la vida. La libertad es saber que uno deberá hacer frente al temor en soledad. Nadie te va a cuidar y no dependes de nadie. Es estimulante pero también aterrorizador. Creo que sólo tenemos verdadero miedo cuando somos libres. De lo contrario, siempre hay un amo que te defiende y protege.

Y sin embargo, los pájaros, metáfora habitual de la libertad, van a suicidarse al Baldesarre...

El suicidio es un acto de libertad. No lo apruebo en ningún caso. Pero mi amor por la libertad, que lo tengo, no me enceguece al punto de que crea que la libertad nos hace ser más felices o más buenos. No se puede amar la vida si no se ama la libertad, pero amar la libertad no necesariamente nos lleva a amar la vida. En cualquier caso, yo aspiro a que mis libros provoquen amor por la vida y por la libertad.

El personaje principal es maravilloso: es un pibe que, podríamos decir, “la tiene re clara”: charla mano a mano con la muerte, un día se decide a no crecer más, opera con poderes sobre los demás. ¿Qué buscaste al construir un personaje de este tipo?

Cuando construí ese personaje buscaba un compañero, no un amigo. Un compañero que me guiara por los pasillos más oscuros de esa historia. Atilio Dentolini era el compañero de viaje ideal.


Martín Caparrós acerca de "Dios mío"

–"Dios mío", ¿fue un viaje de vida que se volcó en un libro, o viajaste ya pensando que esa experiencia se volvería un texto?

–Fue un viaje pensado desde el principio como relato, como libro.

–¿Por qué la India, por qué Sai Baba?
–La India porque llevaba muchos años deseándola, y cuando descubrí que había empresas que estaban más o menos dispuestas a pagarme para que fuera a ciertos sitios y lo contara, no se me ocurrió ninguno que me atrayera más que ese subcontinente lleno de ambigüedades, de distancia, de malos entendidos. Y Sai Baba porque la creencia es algo que siempre me interesó particularmente y, en ese caso, se trataba de un señor que decía que era dios y miles de señores y señoras que se lo creían. Era una oportunidad única para ver la religión en acto.

–¿Cómo ves la fe, la fe en sí y la fe en Baba?
–La fe fue, te habría dicho hace un par de décadas, y me habría equivocado. Después de tanto hablar de la caída de los dioses y la disolución de las religiones, vivimos en un mundo donde buena parte de los conflictos tiene origen religioso. Con lo cual la fe mantiene su utilidad: sigue sirviendo para dividir, para hacerte creer que sos mejor que el otro, y para sacarte el miedo horrible de una vida que no tiene demasiado sentido y que encima es demasiado corta.

–¿Qué te decidió a reeditar el libro casi veinte años después de la primera edición?
–En realidad Dios mío sale como parte de un plan más general en que Planeta y Seix Barral van a reeditar siete u ocho libros míos, incluyendo a Bingo! –que ya salió–, El tercer cuerpo, La noche anterior, La guerra moderna, Extinción y alguno más.

–Sai Baba muere justo en la semana en que se reedita tu libro. ¿Te ha merecido alguna reflexión esto?
–Sí: que hay gente capaz de cualquier cosa por un poco de prensa.

Gustavo Nielsen acerca de "La otra playa"

Los personajes principales de la novela (Antonio y Lorena) son fotógrafos. Y parecen ser también, además de fotógrafos, una especie de antropólogos a través de la imagen. ¿Hay algo de eso?

Digamos que son literariamente fotógrafos. Lo de antropólogos me parece mucho, dada la fragilidad de estos personajes. Tanto Antonio como Lorena no estudian científicamente al otro, más bien lo padecen, o comparten las extrañas situaciones por las que deben transitar, o lo disfrutan a sus maneras. Muchos de los datos de la novela que quizás te hagan creer eso partieron de la idea del punctum de Roland Barthes, del libro de Susan Sontag Sobre la fotografía y en menor medida de un libro de John Berger, Mirar. Pero digamos que la lluvia de tapa en La otra playa está para borrar todos esos rastros.

¿Por qué?

Porque me gustan las novelas que son simplemente novelas. Y si hay ciencia explícita, como en El corazón de Doli o alguna enseñanza filosófica o técnica (acerca de cómo se revelaban los rollos de película antes de la fotografía digital, por ejemplo, como en esta novela), prefiero que sean cosas que pasen mirando para otro lado.

¿Puede que haya en el argumento un guiño a aquel cuento de Cortázar, Las babas del diablo, donde la realidad se trastoca a través de la fotografía, o es que uno tiende a la asociación sencilla y relamida?

Cortázar es mi guía del corazón. Amo a Cortázar, lo releo todo el tiempo. Sin embargo Las babas del diablo no está entre mis cuentos favoritos. Prefiero, inclusive, la película de Antonioni filmada sobre ese cuento, Blow up. Esa peli podría considerarse como un antecedente de La otra playa, porque me gusta mucho.

¿En qué géneros incluirías a la novela? ¿Ciencia ficción, realismo mágico, espiritualidad? Mi opinión es que tiene un poco de cada uno, pero bueno... es sólo mi opinión.

Pregunta difícil de responder, porque no es un libro que se adapte a un género dado. Los géneros tienen reglas estrictas que yo aprendí a evitar. Prefiero pensar que es una novela de Nielsen, a secas. Lo que yo puedo dar en este momento. A lo que arribé después de La flor azteca, El amor enfermo, Auschwitz, El corazón de Doli, mis cuentos. Es un camino que estoy transitando en el que los géneros son como los carteles urbanos con los nombres de las calles, las direcciones de tránsito y la numeración: a veces los miro, a veces no. A veces me pierdo, a veces sé adónde voy

Uno de los personajes se llama Gustavo, escribe novelas de terror y es “más o menos famoso”. ¿Ese personaje le era funcional a la historia, o te pareció bueno como una especie de broma a la idea del alter ego?

Me hizo falta para romper con los climas demasiado emotivos. Si la novela terminaba simplemente después del encuentro entre Lorena y Antonio, iba a ser una novela para llorar. El personaje chaplinesco de Gustavo amengua la tragedia del encuentro para separarse, suaviza el para siempre. Y también lo puse porque me divirtió.

¿Cómo, por qué se te ocurrió que la novela no tuviera el Capítulo 13?

Ese chiste no lo inventé yo, sino el Gustavo de la novela. Es parte de ese juego que uno termina viviendo con sus personajes, cuando la escritura de una historia dura como mínimo unos cuantos meses. Es algo que sucede con las novelas y con algunos cuentos largos. Para esta novela tardé un par de años. En un par de años los personajes terminan ayudándote a pensar las situaciones, se van acomodando en tu casa como los amigos que vienen de otros países, te cargan la heladera con cosas que vos jamás comprarías. Gustavo es un personaje que cruza los dedos, el capítulo trece le parecía cargado de mala suerte. Sacar el capítulo fue algo que hizo él solo.

¿A vos no te molesta el número 13?

Nací en un día 13. El concurso que gané es el número 13 de los que hace Clarín. No soy supersticioso, ni creo en ninguna religión, pero el número 13 parece ser mi número de la suerte.

Vos tenés publicado un volumen de cuentos, titulado Playa quemada, en 1994. ¿Hay algo que ver, se relacionan aquella playa y esta?

Por el momento, sí: son los libros que abren y cierran mi carrera actual como escritor. Los libros que están en las dos puntas de mi cv. Pero como voy a seguir publicando, dentro de muy poco La otra playa ya no será el último, y esta relación habrá pasado a ser una anécdota tonta. Literariamente no tienen nada que ver.

En vista de que son muchos los premios que has recibido -entre los que se encuentra este Premio Clarín-, uno puede deducir que no tenés reticencia a la hora de enviar tus obras a los concursos literarios. El tema es amplio, lo sabemos, y hasta te ha llevado incluso a algún juicio. Pero: ¿cuál es tu opinión de esta modalidad de azarosa trascendencia llamada concurso?

Los recién recibidos de arquitecto que no heredan un Estudio de arquitectura armado por sus familiares, que no tienen dinero ni relaciones adineradas, ¿cómo harían sin los concursos para empezar a construir una carrera? ¿Qué extraño confiaría materiales, equipos, futuro en alguien que no ha demostrado nada? Gracias a los concursos de arquitectura y a que la Facultad de Arquitectura de la UBA es gratuita, un tipo como yo, de clase media rasante del conurbano bonaerense, puede tener un Estudio propio y hacer obra. Y desarrollar una propuesta intelectual, y volver a la Facu a darle clases a los que vienen. Cuando terminé el secundario no conocía personalmente a ningún escritor, y me gustaba mucho leer. No sabía cómo se hacía para publicar, pero igual me largué a escribir porque tenía una necesidad muy grande de contar. Tenía, y sigo teniendo, historias. El concurso te pone en otro lugar. El concurso te da ánimo, garantías, algún dinero, prensa, publicación. Y ganas de seguir en una máquina que a veces es solitaria en extremo. Pensá que cuando yo empecé a escribir había menos editoriales que ahora y no estaba Internet, este gran adiestrador de escritores. Ahora todo está más comunicado; ya ni siquiera es necesario publicar en papel: muchos de mis cuentos se pueden leer gratis en www.mandarinasdulces.blogspot.com , o en otros sitios literarios de la red. Los concursos son SAGRADOS, macho. Así te lo digo. Deben ser limpios porque conllevan toda una esperanza de trabajo, de crecimiento honesto. De los concursos a veces salen los mejores proyectos, a veces no. Son como la democracia, puede fallar. Pero la democracia es el mejor sistema que tenemos para vivir en sociedad, con todos los males menores que contenga. Lo importante es mantenernos alertas, pedir limpieza en los mecanismos y excelencia en los jurados. Y, como decía una vieja de mi barrio, esperar siempre a que gane el más mejor.

miércoles, 20 de julio de 2011

Margaritas a los chanchos 9



Este jueves 21 de julio, llega el noveno Margaritas a los chanchos del año al aire de la Pura.

En esta oportunidad, estaremos charlando con Guillermo Saccomanno, reconocido escritor argentino.

En el popurrí: un poema de Tejada Gómez leído por él mismo; un sketch de Favio Posca; y el invitado de turno: el Turco Ríos, que nos hablará de cocina española.

La música será por demás heterogénea: rosarina, pop de los 80, versiones de Sandro por rockeros argentinos, y un pequeño homenaje a Facundo Cabral.


Jueves 21 de julio. 22 horas. Noveno Margaritas a los chanchos del año. Por la Pura.

martes, 19 de julio de 2011

El analfabeto político - Bertolt Brecht

El peor analfabeto es el analfabeto político.

No oye, no habla, no participa de los acontecimientos políticos.

No sabe que el costo de la vida, el precio del poroto, del pan, de la harina, del vestido, del zapato y de los remedios, dependen de decisiones políticas.

El analfabeto político es tan burro que se enorgullece y ensancha el pecho diciendo que odia la política.

No sabe que de su ignorancia política nace la prostituta, el menor abandonado, y el peor de todos los bandidos que es el político corrupto.

domingo, 17 de julio de 2011

EL PAÍS POR EL CÉSPED

Después de la eliminación de Argentina en esta Copa América, me animo a escribir sobre fútbol porque soy un fanático del fútbol. Trabaje casi seis años en un programa radial de fútbol y sigo el fútbol desde muy chico. Cuando tenía once años, le pedí permiso a mi madre para quedarme hasta altas horas de la madrugada a mirar aquella final intercontinental del Independiente de Bochini y Percudani, y lo repetí al año siguiente con el Argentinos Juniors de Borghi, y volví a repetirlo al año siguiente con el River de Alzamendi y Francéscoli. Mi padre me hizo hincha de River, y a pesar de esta debacle actual, lo más posible es que la pasión no me impida seguir siéndolo. Pero hoy no se trata de clubes: se trata de una selección. De un país.

Hace 25 años que Argentina no gana un mundial de fútbol. Hace 18 años que Argentina no gana una Copa América. Hace 31 años que Grondona gobierna la Asociación del Fútbol Argentino. Claro que esto no es una cuestión de matemáticas (25, 18, 31), aunque está claro que las matemáticas también forman parte del fútbol: el que hace un gol le gana al que no hace ninguno.

Y la selección nacional de fútbol es, quizás, una cruel metáfora de nuestra patria. Vivimos poniendo nuestras expectativas, nuestra fe, nuestros anhelos en un equipo/partido, o en un jugador/gobernante, o en un director técnico/político, hasta que este nos defrauda y pedimos su cabeza y optamos por otro, cualquiera, no importa cuál con tal de que no sea aquel. Entonces, sobre este nuevo otro, volvemos a poner nuestras expectativas y nuestra fe y nuestros anhelos hasta que éste también nos defrauda, y así por los siglos de los siglos sin gol.

Pero las esperanzas suelen estar puestas en uno, y no en muchos. Tenemos los mejores jugadores del mundo, los más caros, los más goleadores, los de cláusulas de rescisión más altas del mercado, pero ni Basile ni Passarella ni Bielsa ni Diego ni Batista han logrado formar un equipo. Nuestras ideas están construidas a través de la individualidad: si Messi juega mal, no es argentino porque no canta el himno, carece de voluntad, sólo le interesa triunfar en el exterior, en el mejor equipo del mundo. Si Messi juega bien, es el nuevo D10S, el Messías, el hombre que ha bajado del cielo para bendecir nuestros corazones y echar por tierra históricas derrotas. (Juguemos a la comparación, ya que tanto nos gusta: Brasil, potencia económica regional, ganó cuatro de las últimas cinco copas América.)

Antes estuvo Maradona, como antes estuvo Perón. Pero son irrepetibles, la utopía de un ser único que no volverá. Ya no habrá otro Maradona, como tampoco habrá otro Perón. Pero -ingenuos de nosotros- seguimos esperando a otro Maradona, y seguimos esperando a otro Perón. Y mientras, nos encontramos con muchos tontos que creen ser el nuevo Perón –porque, claro, eso es mucho más sencillo que creerse un Maradona, ¿no? Y así pasan los nombres (varios, muchos, tantos) que van a ahogarse en las profundas aguas del olvido y el traspié y la desazón nacional política y futbolera. Y mientras los esperamos -ingenuos de nosotros- seguimos rompiéndonos la crisma contra el travesaño de una equívoca esperanza color celeste y blanca.


domingo, 3 de julio de 2011

Margaritas a los chanchos 8

Este jueves 7 de julio, llega el octavo Margaritas a los chanchos del año al aire de la Pura.


En esta oportunidad, estaremos charlando con Daniel Kovacich, músico nacido en Salto e internacionalmente reconocido.


Hablaremos sobre las relaciones de Frank Zappa y la biología.


Bob Dylan y Andrés Calamaro le ponen música al divorcio y Hugh Laurie (alias Doctor House) pone el blues.


Y un regreso estelar: el crítico literario castrense Aldo Pico nos contará quiénes son los candidatos que integran su lista para las elecciones primarias de agosto.


Jueves 7 de julio. 22 horas. Octavo Margaritas a los chanchos del año. Por la Pura.


94.9

www.radiopura.com

margaritasaloschanchospura.blogspot.com


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