DÍA VEINTIDÓS
Lectura de cuentos de Piglia y Sasturain para el Taller. Juegos
con los niños, que pasan de la más absoluta felicidad al más difuso de los
conflictos. En el patio pongo reggae y bailo: “¿cómo podés bailar en este
momento?”, me pregunta Valeria. El reggae regocija el espíritu y eso se
traslada al cuerpo, le digo, nada más.
Es que no necesitamos líquido para naufragar.
En Netflix: “El otro hermano”, versión de la novela Bajo este sol tremendo, de Busqued. Tan
oscura como el libro.
La imposibilidad del Diario de abarcar la realidad
cotidiana.
Al anochecer, sigue el bailongo: El General, Antonio Ríos,
Ráfaga, Los Charros, Los Palmeras, Gilda. ¡A todo sabor!
Muy buenos los Podcast de Tomás Pérez Vizzón sobre el
Covid19. Elijo este de loa cambios en la naturaleza frente a la pandemia. Es que
no venimos de otro lugar sino de ese: la naturaleza.
Vera: “Papá, ¿te acordás de los Reyes Magos?”
Papá: “Sí, hija, me acuerdo.”
Qué bueno que no haya emoticones en el Word.
¿Se acuerdan de cuando estaba de moda decir que “los que
viven en las grandes ciudades están muy solos aunque estén rodeados de gente”?
El espermatozoide de Todo
lo que usted quiso saber sobre el sexo y no se atrevió a preguntar sí que
sabía de los peligros de salir:
DÍA VEINTITRÉS
Cumpleaños de Andrés. No se trabaja en el Diario.
DÍA VEINTICUATRO
Ídolos populares que no podrán salvarnos de la pandemia:
-El Chapulín Colorado
-El guachito Gil y la difunta Correa (por su condición de
ruteros y la consecuente prohibición de movilizarnos hasta sus centros de
operaciones)
-Ignatius J. Reilly
-El negro del Whatsapp
-Pepe Sánchez (el de la historieta, no el basquetbolista)
-John Lennon (razones obvias)
-Terminator (bah, no sé, según, porque como es metálico capaz
que no se agarraría la cosa esta)
(Alguien me propone a Pancho Sierra. No es mala idea.)
-Vera, mañana hay que levantarse más temprano.
-¿Para qué?
Angustia significa angosto, que es como vivimos ahora, de
manera angosta.
Nunca fui un dotado de la moda, pero los atuendos que he
improvisado estos días son dignos de Dude Lebowski.
Ahora el barbijo. Siento que estoy desafiando los delicados límites
de la estética.
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