domingo, 6 de enero de 2008

PASA

Surge ella:
joven,
las sienes hundidas,
la carne cóncava,
la boca de lava.
Como muchas,
como tantas,
tiene dos nalgas.

Apenas supera los veinte
no trabaja, no estudia,
no ayuda en la casa.
Pero gasta,
gasta,
gasta.
Mamá paga.
Sueña con un auto descapotado
y muñecas
y tener muchos novios
y – quién te dice, algún día – un hijo.
Una casa.

Quiere.
Mucho quiere.
Todo quiere.
Todo para ella.
Entra en la casa del hombre.
Entra, se queda,
Duerme.
Y pasa.

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