jueves, 17 de enero de 2008

VARIACIONES SOBRE SORIANO


Estos textos los fui escribiendo y abandonando y rescribiendo con el paso de los años. Hace 11, cuando el Gordo Soriano se fue al Cielo de los Escritores, supe lo que era perder un maestro: tener la certeza de que ese tipo nunca más te iba a regalar palabras nuevas. El año pasado, para el 10º aniversario, Radar hizo un muy buen suplemento, que despertó una polémica que hacía años no despertaba un escritor (me refiero a argumentos serios: ni leguleyos, ni baratos, ni por premios truchos ni por cosas que se le parezcan).

Ahora, esos textos, que datan de al menos un lustro, van al aire de la blogosfera como un homenaje más (incompleto, inacabado, siempre con aroma a poco) para el Gran Opsvaldo Soriano.

Van de a poco. En gotas. En partes.

Preludio a las Variaciones sobre finales:

Esta serie de artículos-narraciones se vieron engendrados por el libro de Piratas, fantasmas y dinosaurios, una rica recopilación de artículos periodísticos, narraciones literarias y anécdotas de vida. Datan del 03, 04, cuando más.

El primero, El triunfo también es melancolía, es un relato casi futbolero, con una clara propensión a la simpatía por el Club Atlético River Plate, y, sin arriesgar demasiado, una forma más de ver la vida, que no en mucho se distancia de la del Míster Peregrino Fernández.

El segundo se llamaba Los guerreros del patíbulo, pero entre cambios de CPU, back ups apurados y zonas oscuras, el archivo fue mutando de nombre o de origen o de ubicación, hasta desaparecer definitivamente. Se trataba (uno de los documentos que encontré contenía una breve descripción) de una acumulación de sucesos que le acaecen a un tipo que quiere, o quiso alguna vez, ser escritor. Inspirado en los artículos de Escritor corsario, editor pirata, contaba “las penurias de un autor inédito que aún no pasó la barrera ni ha tenido que lidiar con el clan de los piratas y se debate aún por las comarcas de los concursos”.

El opúsculo Variaciones sobre el punto de partida (o de llegada), tiene su germen en el artículo Otras escrituras, y podría definirse como un cúmulo de citas y arriesgadas suposiciones literarias que tambalean entre la certidumbre del comienzo y la perplejidad del final. El Epílogo a las variaciones es un desprendimiento, un brazo abierto de esas variaciones.

Alguien sabrá si vale la pena, como dice Soriano, “robarle horas al sueño con algo tan absurdo y pretencioso como una página llena de palabras”.


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