LA APLANADORA DEL DARK
(Dedicado a Petinatto)
(Dedicado a Petinatto)
Situación: Luz naranja sutil sobre el escenario; algún fulgor azulado, apenas un blanco fijo sobre la menuda figura del vocalista con sus brazos abiertos en cruz. La guitarra a la izquierda, detrás; la batería al fondo, ajustes de relojería; el bajo vibrante y omnipresente, la trompeta a su turno.
Esta impronta que ofrece en vivo de La Doblada, una orfebrería que se asemeja a un sueño lúdico donde cada uno sueña lo suyo pero todos hacen lo mismo, es la misma que en sus discos.
En el ’96 editaron Elogio al mal paso de manera independiente (al año reeditado por DBN, al igual que los dos siguiente), donde aparecía una tríada pop-rock-funky cruda e intencionadamente desalineada. Ahí estaban el dance de Vamos a bailar un poco, y Gaucho ginebrero, que Skay Beillinson votara como Mejor Canción – además de Mejor Disco –en la encuesta de Clarín de ese año.
En el ’98 fue el turno de Herpes, con tapa y toques mexicanotes, un funky más Crook y donde aparece el único cover grabado por la banda: una versión ablusada del bolero Perfidia.
Mientras el país se caía a pedazos, los doblados insistían y en el 2000 editaron 3, el LP más heterogéneo: desde el oscuro, breve y certero Brilla hasta el pop de Cuatro tontos (un guiño autorreferencial de la banda), desde los hits radiales Cricóptero y Loco ticket hasta el cuelgue de Planeador y Viajaré.
Después de sucesivas formaciones (tener percusión y saxo – a cargo de Fernando Colombo, aquel del primer disco de Don Cornelio y la Zona – y ser una de las pocas bandas en usar ese lap-steel tan gilmouriano) y una pausa sabática, La Doblada volvió a enderezarse en formato quinteto: Hernán X en batería, Luis Pesciallo en bajo, Oscar Reyna en guitarra, Javier Lecumberry (alias Lecu) en voz, letras y teclados, y Ricky Lestanguet en trompeta. Y siempre con una especie de grupo estable de fieles en cada recital, sobre todo en los íntimos del subsuelo del Imaginario Bar de Bulnes y Guardia Vieja.
A fines de 2007 La Doblada editó Souvenir Volumen 1, un cúmulo de 9 canciones hecho de materia oscura, que habitan un lugar cerrado y en penumbras envuelto en cortinas (las mismas de la tapa del CD, quizás), pasando del “alter latino” a un embrión de Roger Waters con síntomas de bandoneón: “todos escuchamos Piazzola, todos escuchamos Pink Floyd”.
“Desde 3 hasta ahora – dice Lecu, front-man y alma máter del grupo – cambiaron un montón de cosas. Entre tantas cosas, cambió la ansiedad. Estamos un poco más eléctricos, más tranquilos, nos frustramos menos. Y estamos más convencidos que nunca”.
Volumen 1 fue grabado “muy despacito, tranquilo, pudimos producirlo y editarlo bien. Quedamos muy conformes. Y el resultado esta a la vista”. Según Lecu, el ingreso de Oscar Reyna le aportó “lo que aporta un músico que es claro, poseedor de una gran musicalidad”.
Y si un disco se llama Volumen 1, significa que... el 2 va a ser grabado entre abril y mayo, con la misma formación y 9 o 10 canciones entre las que seguramente estarán Pacto, 200 kilos de pobreza, Navegar y La vida va, que vienen tocando hace rato en vivo.
Lo más probable es que las canciones sigan sonando rotundas y potentes. Como atravesadas por una especie de aplanadora del dark.
1 comentario:
Que le pasa a Petinatto? Nuevo Silvio Soldán del viaje de egresados.
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